dijous, 29 d’octubre del 2015

COMO MANTENER UNA MICROBIOTA SALUDABLE


Tal y como comenté aquí hay que mantener una flora intestinal (microbiota) saludable para evitar problemas de salud tales como obesidad, enfermedades autoinmunes, dislipemias, o enfermedad inflamatoria intestinal entre otros.

Hay que prevenir la agresión sobre esta microbiota evitando todo aquello que la perjudica variando su número o su composición, provocando lo que se llama disbiosis intestinal:

  • Evitaremos los antibióticos (excepto cuando sean estrictamente necesarios). Sobre todo en niños pequeños ya que la alteración de su microbiota puede favorecer ciertas patologías como las alergias. El uso de antibioticos multiplica las posibilidades de sufrir asma.
  • Paradójicamente, los edulcorantes artificiales que usamos para no engordar provocan una alteración de la flora intestinal que favorece la ganancia de peso, ya que se altera el metabolismo de la glucosa, como podemos leer aquí.
  • También se altera la microbiota por ritmos circadianos alterados, como dormir poco.
  • Nuestra alimentación favorecerá una flora patógena si es rica en alcohol, proteínas de origen animal, grasas y pobre en fibras, principalmente solubles.
  • También la altera el gluten de los cereales al provocar inflamación del intestino.
  • El estrés afecta a la producción de moco y esto puede favorecer que se instalen bacterias patógenas.

Microbiota
                                   

Por el contrario, se favorece la proliferación de una microbiota saludable con una dieta rica en vegetales donde abunden las fibras solubles ya que éstas son fácilmente digeridas por estas bacterias para proliferar. Además, su digestión proporciona ácidos grasos de cadena corta que son aprovechados por nuestro cuerpo. Por ejemplo, hacen butirato que nos protege frente el cáncer de colon y es fuente de energía para las células de la mucosa. Con la fibra, la microbiota sintetiza ácido láctico que reduce el pH del intestino dificultando el crecimiento de especies patógenas. 

Estas fibras también pueden provenir del llamado almidón resistente (presente en patatas y la yuca) que no podemos digerir y será aprovechado por las bacterias del intestino. Además, este almidón ayuda a reducir la hiperpermeabilidad intestinal, lo que nos ayudará a reducir la activación de diferentes patologías.

Se ha comprobado que el ejercicio físico proporciona incrementos en el número y variedad de bacterias intestinales, lo que favorece un peso más estable y un mejor estado de salud, al tiempo que mejora el perfil metabólico (detalle).


La ingesta de probióticos nos ayudará a conservar una buena microbiota, ya que estaremos suministrando bacterias que tendrán un efecto positivo sobre el intestino, ya sea por las sustancias que segregan, ya sea por que puedan llegar a colonizarlo. Aquí podéis leer sobre el uso de probioticos en la salud, y porqué es importante la elección del mismo. 

Los alimentos que nos ayudarán a conservar la microbiota, aparte de los comentados ricos en fibras solubles, son aquellos fermentados que contienen principalmente Lactobacillus y Bifidobacterium en su composición, como el yogurt o el kéfir. Este último es una mezcla de bacterias y hongos. En él encontramos, según algunos autores y dependiendo de la procedencia del kéfir, el hongo Saccharomyces cerevisae, y por tanto no lo recomendaría a individuos con la enfermedad de Crohn, ya que el 60-70% de estos presentan anticuerpos contra esta levadura, lo que implica un peor pronóstico (estudio). En todo caso, empezaria a tomarlo en pequeñas cantidades para comprobar cómo me sienta (seguro que hay pacientes que incluso les mejora los síntomas), y poder disfrutar así de sus propiedades beneficiosas.

Las leches fermentadas con B. bifidum incrementan la actividad fagocítica de los glóbulos blancos en sangre periférica, es decir, aumentan la actividad del sistema inmunitario.

Queda claro que las alteraciones de la microbiota pueden conducirnos a estados patológicos. Hay que cuidarla con unos hábitos y una alimentación correctos. Si sufrimos de una patología, hay que complementar estos gestos con suplementos que nos lleven a una modificación de esta flora, entre otros factores, para favorecer la restauración de un adecuado estado de salud.





dilluns, 26 d’octubre del 2015

LACTOBACILLUS GASSERI Y PESO CORPORAL


Volviendo al tema de la flora intestinal y la salud, encontramos esta bacteria bastante desconocida, a pesar de que la tenemos tan cerca como es la propia leche materna.

Este personaje ha demostrado ayudar a mantener un peso adecuado. Su complementación provocó una pérdida de peso del 8% en un estudio con adultos obesos a los que no se modificó la dieta. También se ha visto que reduce el diámetro abdominal y la grasa. Ahora bien, su efecto se hace más evidente a partir de las 12 semanas y podría ser que se perdiera el efecto si se dejara de tomar y no se realizaran otras medidas como dieta y ejercicio físico.


MECANISMO DE ACCIÓN

El transportador GLUT4 es el principal transportador de glucosa en el músculo y el tejido adiposo.


En un estudio, esta bacteria incrementó el número de receptores GLUT4, lo que mejoró la resistencia a la insulina asociada a la diabetes tipo II. Además, reduce los niveles de leptina en suero, lo que contribuye a la pérdida de peso. Podemos leer el estudio en ratas y ratones ( aquí).

Un estudio con la cepa SBT 2055 demostró que se reduce la absorción intestinal de grasas ayudando así a la pérdida de peso. Este estudio japonés, de 12 semanas de duración, demostró reducción de grasa abdominal y mejora de las funciones metabólicas en los pacientes sometidos a estudio.

Otro cepa llamada BNR17 demostró evitar el sobrepeso en ratas alimentadas con una dieta rica en azúcar (estudio).

OTROS EFECTOS SOBRE LA SALUD

Se ha visto que es capaz de reducir la respuesta alérgica, reducir el asma en niños (estudio) y el dolor menstrual en mujeres que padecen endometriosis.


En este estudio la administración de un yogurt con L. gasseri redujo las lesiones del intestino provocadas por el consumo de aspirina.


Aparte de poder tomarlo como suplemento, lo encontramos en alimentos fermentados como el Kéfir o el tempeh.


También se utiliza en biotecnología para la fermentación de la carne, por lo que aparte de disminuir en ellos el crecimiento del patógeno Staphylococcus aureus, hará de probiótico al ingerir la carne.




divendres, 23 d’octubre del 2015

SÍMDROME INTESTÍNO PERMEABLE (SIP)


Este es un tema que durante mucho tiempo sólo se ha considerado desde el punto de la medicina natural. Hoy en día ya tenemos apoyo científico a través de estudios que han relacionado este síndrome con la aparición de enfermedades, y la aparición de este síndrome con el consumo de gluten. A veces estos estudios no dejan claro, en algunas patologías, si el síndrome es causa o efecto. Es decir, si es la enfermedad la que provoca la hiperpermeabilidad, o al revés.

Tenemos que imaginar el intestino como un tubo formado por células que están unidas lateralmente por unos filamentos de queratina, por canales de proteínas, y por placas denominadas desmosomas. Esto hace que sea difícil que pasen sustancias a su través, por lo que éstas deben ser absorbidas por las vellosidades intestinales que se encuentran en la base de las células (mirando al interior del intestino). Existen diferentes procesos que pueden alterar esta estructura, de modo que puedan pasar sustancias a través de las uniones entre células, lo que desencadenará respuesta del sistema inmunitario que hay detrás de estas.


¿Que favorece la hipermeabilidad intesinal?



El principal factor es la alimentación, donde los cereales se llevan la palma. Se ha comprobado que proteínas de los cereales (principalmente el gluten), provocan en el intestino un incremento de la proteína llamada Zonulina que sería la causante de aumentar la permeabilidad intestinal (estudio) a través de otra proteína llamada haptoglobina 2. A modo de curiosidad, los primates no tienen prácticamente enfermedades autoinmunes, y casualmente tampoco tienen haptoglobina 2.

También aumentan la permeabilidad algunas bacterias como Salmonella o Campylobacter, y medicamentos como AINEs, corticoides y el interferón gamma. Los antibióticos al reducir la flora intestinal también facilitan alteraciones de la mucosa.


Se ha comprobado que el exceso de azúcar en la dieta, o de sal, pueden incrementar la permeabilidad. Algunos aditivos como emulsionantes o surfactantes también lo hacen, como por ejemplo los polisorbatos. De ahí la importancia de comer solo comida real, para evitar la presencia de dichos aditivos, que pueden perpetuarnos el problema.


Finalmente, el estrés causa hiperpermeabilidad activando el sistema nervioso autónomo, y puede ser causante de brotes de diferentes enfermedades. Reducir el estrés es tanto o más importante que eliminar las otras causas. De todos es conocida la activación de enfermedades por brotes en épocas de estrés (exámenes, exceso de trabajo, conflictos familiares o laborales…). En la enfermedad de Crohn, por ejemplo, se ha visto que el estrés activa la vía nerviosa que precede al incremento en la permeabilidad, y ésta al brote.


La cuestión es que el sip facilita una sobre estimulación y desregulación del sistema inmunitario, provocando o facilitando diferentes enfermedades: autoinmunitarias, malabsorción, fatiga crónica, déficit de atención (TDAH), autismo, migraña, alergias, asma, obesidad ...(estudio). Se sobreentiende la importancia del tratamiento de este síndrome como base del tratamiento de las enfermedades crónicas. De nada nos sirve tomar antiinflamatorios para una artritis, si seguimos alterando el sistema inmunitario absorbiendo restos de proteínas, o tóxicos, por un intestino permeable, que a su tiempo estará favorecido por el antiinflamatorio.


Para saber si tenemos el síndrome, hay laboratorios que realizan una prueba a partir de la ingestión de Lactulosa. Este es un azúcar que no se absorbe y, por tanto, no debería aparecer en orina. Tras la ingesta de una cantidad determinada de este producto, se mide su cantidad en orina pasadas algunas horas. Si sobrepasa un límite, daremos positivo para sip. Nos permite también saber cómo va el proceso de cicatrización intestinal, ya que podemos valorar más adelante y ver si disminuye o se ha detenido su eliminación por orina. En general, podemos presuponer que cualquier persona con patología crónica tendrá menor o mayor grado de sip.


En cuanto a su tratamiento, podrá variar en función de su causa, pero es primordial dejar de comer cereales que contienen gluten y eliminar la leche de vaca y derivados (la de cabra no ofrece tantos problemas). Sin olvidar el resto de factores nombrados anteriormente.


En caso de que haya infección por cándidas, habrá que tratar primero esta con dieta (exenta de azúcares) y con productos naturales como el ácido caprílico, el Pau de arco, Hydrastis canadensis, ajo ... Al mismo tiempo hay que desintoxicar, preferentemente el hígado (la muerte de las levaduras llevará gran cantidad de productos tóxicos al hígado) y el intestino.

La toma de enzimas digestivas durante las comidas, evitará la mala digestión, y ayudará a que no queden restos proteicos por digerir. Puede ser también necesario añadir betaína clorhidrato para aumentar la acidez estomacal, ya que su disminución es también culpable de malas digestiones o de facilitar la infección por Cándida.


Cándida albicans
La restauración de una microbiota correcta ayudará a la cicatrización del intestino. A tal efecto son importantes las bacterias del género Lactobacillus y los Bifidobacterium. Entre ellos es importante el Lactobacillus rhamnosus GG.  Restaurar la microbiota nos ayudará a la cicatrización del intestino ya que ciertas bacterias fabrican butirato a partir de la fibra no digerible. El almidón resistente es un ejemplo de este tipo de fibra. Lo encontramos en la yuca, el plátano macho o el arroz enfriado y recalentado.  Éste es fuente de energía para las células del colon y ayuda a la cicatrización del mismo al aumentar la cohesión entre las células. Además se forman distintos ácidos grasos de cadena corta a parte del butirato que modularán el sistema immunitario, y con ello la inflamación. En definitiva, que como ya comenté aquí la microbiota es imprescindible para gozar de buena salud general.

Además, haremos una dieta rica en fruta y vegetales para suministrar suficiente fibra prebiótica i antioxidantes. Estos antioxidantes, y los oligoelementos de los que dependen nuestros enzimas antioxidantes, ayudarán a disminuir el estado inflamatorio que acompaña al sip.


Finalmente, podremos usar la L-glutamina, que es fuente de energía para las células del intestino y un potente cicatrizante de la mucosa intestinal. 




dimecres, 21 d’octubre del 2015

¿QUÉ PATOLOGIAS SE RELACIONAN CON LA ALIMENTACIÓN?


Tal y como señala el Dr.Seignalet, en su libro "Alimentación, la tercera medicina", las patologías relacionadas con la alimentación pueden ser de tres tipos: autoinmunes, de ensuciamiento y de eliminación.

Las autoinmunes se deben al paso de sustancias antigénicas provenientes de la alimentación y / o de bacterias del intestino a través de este. Encontramos patologías como la artritis, el LES, el síndrome de Sjögren, la esclerosis múltiple o la enfermedad de Basedow entre otras. Este paso de sustancias se puede deber a la presencia del "síndrome de intestino permeable", que como hemos visto aquí puede ser provocada por el gluten de los cereales, los antibióticos, los antiinflamatorios, las infecciones por cándidas intestinales ...


Las de ensuciamiento se deben a la acumulación de residuos alimenticios y / o bacterianos sin poder antigénico que atraviesan la barrera intestinal y se van acumulando en los tejidos cuando se sobrepasa la capacidad de eliminación de los emuntorios. Esto provoca mal funcionamiento celular y finalmente del tejido donde se acumulan. Encontramos patologías como fibromialgia, artrosis, dolores de cabeza, depresión endógena, distonía ... La acumulación en uno u otro tejido se deberá al tipo de sustancia, a su afinidad por un tejido concreto, de la debilidad o fortaleza del tejido u órgano en el que se acumula, así como de la genética.


Las enfermedades por eliminación se deben a la saturación de los emuntorios provocando inflamación de éstos. La elección de los emuntorios dependerá de la estructura de las moléculas a eliminar. Así las patologías que podremos encontrar serán diferentes tipos de colitis, acné, psoriasis, eczema, rinitis, asma ....


Por tanto, el primer paso para tratar estas patologías serán cambios en la alimentación, acompañados de los suplementos adecuados a las necesidades del paciente. Estos cambios provocan una mejora del estado general del paciente y facilitan el tratamiento de la patología de base. Así, por ejemplo, sólo con la alimentación y suplementos puede mejorarse una artritis reduciendo los dolores. Posteriormente, el tratamiento con productos naturales acabará de hacer el trabajo. Bueno, en realidad ayudará al cuerpo a hacer su trabajo de recuperación.


El cáncer es otra enfermedad que se relaciona con la alimentación. Tal y como explico aquí, el consumo frecuente de vegetales ayuda a prevenir el cáncer. De hecho se calcula que se podrían evitar sobre el 30% de los cánceres modificando nuestros hábitos alimentarios.


A pesar de que hay quien dice que la alimentación no sirve para tratar un cáncer, hay estudios que demuestran el beneficio de una dieta cetogénica para el tratamiento del mismo (estudio). Al reducir los niveles de glucosa, insulina y de IGF1 se dificulta el crecimiento del tumor, se provoca un efecto antiinflamatorio y se favorece el efecto de la quimioterapia. Hasta el ayuno, es un método efectivo para combatir el cáncer puesto que promueve la autofagia. En las células sanas se aumentan sus defensas, mientras que se debilitan las células cancerosas al poder usar solo glucosa y algún aminoácido como combustible. Esto permite obtener mayor beneficio de la quimioterapia o la radioterapia. Este estudio o este demuestran en ratones que una dieta cetogénica mejora el efecto de la radioterapia en un glioma maligno (cancer cerebral). A pesar de las recomendaciones dietéticas que suelen darse antes de los tratamientos convencionales, quizás seria buena idea no comer nada durante 24 horas antes de someterse a tratamiento para debilitar al cáncer, o seguir una dieta cetogénica.

La fa
lta de una correcta alimentación nos lleva a enfermedades cardiovasculares y a dibetes tipo II. A pesar de que se asocian las primeras con el consumo de grasa y el colesterol elevado, en realidad depende de otros factores como el consumo de grasas trans, de azúcares, de falta de ejercicio, de estrés, de poco descanso...En este post hablo de la relación del colesterol con la enfermedad cardiovascular.

dimarts, 20 d’octubre del 2015

DIABETIS TIPO II Y MEDICINA NATURAL


En la diabetes tipo II se va perdiendo la capacidad de metabolizar la glucosa correctamente, y esta se incrementa en sangre de forma silente pero continua. Esto con el tiempo lleva a problemas macro y microvasculares por glicosilación, es decir, por unión de la glucosa a diferentes proteínas, como pueden ser las del colágeno de los vasos sanguíneos, en las que interfiere en su normal funcionamiento.

El principal desencadenante de este incremento de glucosa es la pérdida de sensibilidad a la acción de la insulina por parte de las células de diferentes tejidos; como el muscular. En un primer momento, el aumento constante de los niveles de insulina por exceso de hidratos o por consumo continuado (5 o 6 omidas al día), crea intolerancia a la propia insulina, que a su vez aumentará los niveles de glucosa en sangre generando más secreción de insulina y creando un círculo vicioso.

Al ir forzando el páncreas a segregar más insulina, llegará un momento en que este se agotará y se tendrá que administrar insulina por vía exógena mediante inyecciones. Habremos llegado a un punto prácticamente irreversible, o a un punto donde dar la vuelta atrás será más complicado.

Soy de la opinión de que los medicamentos que provocan un incremento en la secreción de insulina (sulfonilureas), no deberían darse ya que provocarán un agotamiento más rápido del páncreas al estimularlo constantemente. Además, presentan el inconveniente de provocar hipoglucemia grave como efecto secundario. Sin embargo, los estudios parecen indicar que el páncreas acabará agotándose de todas formas siempre que la glucosa en ayunas exceda de un cierto valor. Al principio puede que me funcione incrementar el nivel de insulina, pero el problema radica en otro punto, como es la falta de sensibilidad a ella en diferentes tejidos. Hay que incrementar esta sensibilidad para reducir los niveles de insulina, y/o reducir los niveles de insulina para aumentar la sensibilidad.



Obesidad abdominal

A pesar de que la obesidad se considera el principal factor desencadenante de este tipo de diabetes, y que la pérdida de peso mejora el cuadro, también encontramos un porcentaje alto de personas sin sobrepeso con diabetes tipo II.

La obesidad abdominal es factor de riesgo para padecer enfermedades metabólicas como la diabetes. Así, tener un peso adecuado pero con grasa abdominal, favorecerá la diabetes tanto como la obesidad.

Hay que buscar explicaciones de su aparición en la genética, y factores externos como el tipo de alimentación, demasiado rica en hidratos de carbono. De hecho, la restricción de hidratos de carbono en la dieta ha demostrado en estudios científicos bajar los niveles de azúcar hasta el punto de poder reducir la medicación o no necesitarla. Incluso permite reducir la dosis de insulina en la diabetes tipo I.


Una muestra de la importancia de una microbiota intestinal saludable, es que la disbiosis (alteración de la microbiota) ha sido también encontrada en la patogénesis de la diabetes. Como podemos leer aquí, los pacientes con diabetes tipo II tienen una microbiota total reducida en Fermicutes, presentan más bacterias patógenas, y tienen menos bacterias productoras de butirato (molécula especialmente importante para la salud).


Atendiendo a la alimentación nos encontramos, según el Dr. Seignalet, ante una enfermedad por ensuciamiento. Los residuos de los alimentos podrían afectar tanto a las células beta del páncreas como a las células diana para la insulina, impidiendo su normal funcionamiento.


Para controlar la enfermedad se deberán cambiar los hábitos higiénico-dietéticos. Evitaremos los cereales con gluten, por su efecto inflamatorio intestinal y por su alto contenido en hidratos de carbono. Si bien en este trabajo se menciona que una dieta con nivel bajo de gluten aumenta el riesgo de diabetes tipo II, se trata de un trabajo observacional, que no implica necesariamente causalidad. Por otro lado, si a un diabetico tipo II se le elimina el gluten de la dieta (dieta paleolítica, por ejemplo), se provocan mejoras de los marcadores metabólicos y glucémicos (estudio), al tiempo que mejora la tolerancia  a la glucosa (estudio)

Por tanto, reduciremos el contenido de hidratos de carbono de la dieta, que deberán ser principalmente procedentes de vegetales y alguna que otra fruta. Estos nos aportarán también fibra para ralentizar la absorción del azúcar. Reduciremos al máximo los hidratos de índice glicémico elevado y preferiblemente los eliminaremos de la dieta. Es tan importante reducir los hidratos para su tratamiento, que el riesgo cardiovascular mejora incluso en ausencia de pérdida de peso (estudio). También, el aumento de proteínas a expensas de los hidratos de carbono provocarán mejoras en estos pacientes  (estudio).


Trigo (contenido alto en gluten)

Respecto a la comida podemos tener en cuenta los ritmos circadianos y la "crononutrición", de manera que nos permitan un mejor control glucémico. Diferentes estudios han demostrado una mejor sensibilidad a la insulina en las horas de sol respecto a las nocturnas, de modo que será en estas donde incluiremos la ingesta principal de hidratos. En este estudio se comentan diversas estrategias a seguir para reducir la glucemia postpandrial teniendo en cuenta los ritmos circadianos, o el orden de la comida.

La realización de ejercicio físico (preferentemente de fuerza), aumentará los niveles de la proteína transportadora de glucosa GLUT4 mejorando la sensibilidad a la insulina a nivel muscular. Aunque no mejora la sensibilidad en todos los diabéticos, sí ayuda a prevenirla en todos los individuos. Además, el ejercicio provoca cambios en la morfología muscular y en la densidad capilar que hacen las fibras musculares más sensibles a la insulina (estudio).

El trabajo por intervalos, el llamado HIIT, provoca mejoras superiores a las que provoca el ejercicio aeróbico típico de mantener un ritmo bajo al largo tiempo (el famoso jogging). Como podemos leer aquí el ejercicio que combina sesiones cortas de intervalos intensos con intervalos suaves, mejoraba de manera eficaz la resistencia a la insulina.


Hay que considerar que las alteraciones del metabolismo que presentan los pacientes con diabetes generan estrés oxidativo, de tal manera que es importante suministrar cantidades adecuadas de antioxidantes, de vitaminas y de minerales que intervienen en los procesos antioxidantes y de regulación del metabolismo de los hidratos de carbono y lípidos.


Es relevante incorporar prebióticos a la dieta ya que se ha visto que mejoran la resistencia a la insulina y ayudan con la pérdida de peso (estudio).


Hace un tiempo se creía que era necesaria la realización de 5 comidas al día para distribuir los hidratos de carbono.  Estudios realizados con musulmanes con diabetes tipo II durante la época del Ramadán , demuestran que el hecho de concentrar la comida por la noche, provoca mejoras en el control de la glucosa e incluso en factores que indican riesgo cardiovascular, con una baja incidencia de hipoglucemias (estudio).


Antiguamente se sustituía la glucosa por fructosa para hacer productos para diabéticos, ya que ésta provoca incrementos de glucosa más lentos en sangre. Pero se ha visto que esto es perjudicial ya que promueve la resistencia a la insulina y acelera los problemas derivados de una glucosa alta en sangre.


Un consejo: no os fiéis de tener unos niveles en ayunas casi normales para descartar problemas con la glucosa. El problema es la insulinoresistencia, y ésta ya está bien establecida cuando se alteran los niveles de glucosa en ayunas. S
ería preferible hacerse la prueba dos horas después de comer. La glucosa debería volver a niveles normales (por debajo de 120) en este tiempo. Aún así, también podria haber niveles altos de insulina para conseguirlo, que son la antesala de la resistencia a la insulina.

Tampoco es muy de fiar la famosa curva de tolerancia oral a la glucosa. En ella se miden los niveles de glucosa durante cierto tiempo después de una dosis oral de glucosa. El problema es que podemos dar un resultado normal a expensas de que nuestro páncreas a secretado una cantidad alta de insulina. Es decir, tenemos hiperinsulinemia debido a baja sensibilidad a la insulina, que no es normal, pero la prueba nos dice que tenemos una tolerancia normal a la glucosa. 

¿Entonces? Una mejor aproximación nos la da la hemoglobina glicosilada, que nos habla de cuan altos han estado los niveles de glucosa en el tiempo. La confirmación de que no hay resistencia a la insulina nos la da la medición de los niveles de esta durante una prueba de tolerancia oral a la glucosa (cosa que normalmente no se hace).


Molécula de glucosa
Hay que controlar los niveles de lípidos ya que la diabetes incrementa el riesgo cardiovascular. Entre las mediciones a realizar, cabe destacar la lipoproteína-a que, además de ser factor de riesgo cardiovascular independiente, puede dar insuficiencia renal leve en afectados de diabetes tipo II (estudio),  y de forma independiente puede afectar al nivel de resistencia a la insulina.

¿Cómo podemos mejorarla?


Aparte de lo comentado anteriormente (que sería lo principal a realizar), para controlar los niveles de glucosa:


FITOTERAPIA:


Gymnema sylvestre: actúa regenerando células beta del páncreas productoras de insulina (también mejoraría el control en diabetes tipo I, necesitando menos insulina). Además reduce la absorción de glucosa.


Corteza de Canela: además de reducir los niveles de glucosa, lo hace también sobre los de colesterol y triglicéridos. Mejora la capacidad de los receptores de la glucosa para captarla. También parece disminuir la velocidad del vaciado gástrico, por lo que la absorción de glucosa se ve enlantecida y el pico de absorción disminuido.


Hidrastis canadensis: esta planta contiene un alcaloide llamado berberina que es capaz de reducir el azúcar modulando la flora intestinal (estudio). Según este 
otro estudio también provoca un incremento en el número de receptores para la insulina, lo que produce una mejor regulación de la glucosa.

Cilantro: esta hierba presenta propiedades hipoglucemiantes al inhibir la alfa-glucosidasa del intestino, dificultando así la absorción de la glucosa (estudio).


ORTOMOLECULAR:


Polinicotinato de Cromo o cromo GTF: es un cofactor de la insulina mejorando su efecto. El déficit de cromo también se ha demostrado como causante del problema. Sólo actuará su complementación en aquellos casos en los que se demuestra la deficiencia (sea por niveles bajos, sea por falta de acción).


Goma guar: esta fibra hidrosoluble retrasa la absorción de glucosa, a la vez que disminuye la cantidad total absorbida.


Magnesio: interviene en diferentes puntos del metabolismo de la glucosa. Además previene alguna de las complicaciones de la diabetes.


Complejo vitamínico B: intervienen en el metabolismo de la glucosa. Algunas como la B3 y la B6 evitan la glicosilación de las proteínas. También la E y la C. De hecho, los diabéticos presentan un nivel de vitamina C un 30% más bajo que los no diabéticos, y los niveles altos de azúcar inhiben su entrada en las células. La vitamina C consigue reducir la hemoglobina glicosilada.

Se debe tener en cuenta que estos productos sólo son coadyuvantes, por lo que si no hacemos un cambio en las medidas higiénico-dietéticas, y realizamos ejercicio diariamente (como caminar a una velocidad alta y ejercicios de fuerza) volveremos más tarde o más temprano a estar como antes de tomarlos.

CONTROLAR NIVELES DE INSULINA


A pesar de controlar los niveles de glucosa, la enfermedad sigue su curso si no se controlan los niveles de insulina. Estos son los causantes de la inflamación de bajo grado que acaba afectando a los distintos tejidos. Es debido a esto que, a pesar de controlar los niveles de glucosa con la medicación, no se reducen los riesgos asociados a la diabetes tipo II (estudio).


Los niveles altos de insulina conducen a la resistencia a la insulina, es un círculo vicioso.


Como hemos visto, el control sobre esta hiperinsulinemia solo puede realizarse con un cambio en la forma de alimentarse (reduciendo al mínimo los hidratos de carbono), y realizando ejercicio físico para aumentar la sensibilidad del tejido muscular a la insulina. Otra manera de mantener bajos los niveles de insulina y incrementar la sensibilidad a ella, es haciendo ayuno intermitente. En este estudio se comprobó que se mejoraban los parámetros patológicos asociados a la enfermedad cuando se realizaban dos comidas diarias en lugar de las 6 recomendadas.

La tendencia es tratar el problema a base de fármacos para reducir el nivel de glucosa intentando controlar simplemente los niveles de ésta. Pero aún ni incrementando este control, se provocan mejoras en la expectativa de vida del paciente (estudio).

En el siguiente post veremos como prevenir y tratar los problemas patológicos asociados a los niveles altos de glucemia.

dilluns, 19 d’octubre del 2015

RECUPERAR Y CONSERVAR LA SALUD


Para empezar a hablar de salud debemos fijarnos en la salud intestinal. Como veremos con más detenimiento en próximas entradas, es el punto de inicio de las enfermedades autoinmunes, y de las que el Dr. Seignalet llamaba de ensuciamiento y de eliminación.

Ya lo decía Hipócrates: "Toda enfermedad se inicia en el intestino". Hoy en día sabemos que no es de todo cierto. Por ejemplo, por la existencia de las enfermedades genéticas. Pero le podemos dar la razón en muchos casos. Veamos porqué.


Mantener el intestino en buen estado es condición primordial para disfrutar de una buena salud. Esto se debe a las diferentes actividades en las que está involucrado:
  • Digestión de alimentos y absorción de nutrientes.
  • Concentración de la mayor parte del sistema inmunitario.
  • Permite la tolerancia oral (importante para evitar enfermedades autoinmunes)
  • Debido a la  microbiota que coexiste en él obtenemos distintos beneficios: síntesis de ciertas vitaminas,  absorción de ciertos minerales, defensa contra otras bacterias patógenas, y síntesis del 80% de la serotonina que utiliza nuestro cerebro! También sintetizan otro neurotransmisor llamado dopamina.
Así, es lógico pensar que cuando el intestino no funciona correctamente en alguna de sus funciones, podemos vernos afectados negativamente y acabar sufriendo alguna enfermedad. Por ejemplo, cuando la función barrera está alterada y sufrimos de hiperpermeabilidad intestinal, corremos riesgo de padecer una enfermedad autoinmunitaria por el paso de moléculas a su través. Estas pueden surgir de los alimentos o de bacterias del intestino delgado. (Por ej. Yersinia enterocolitica ha sido implicada en el desarrollo de la hipertiroiditis de Basedow).


Bacterias intestinales
Una microbiota (antiguamente llamada flora bacteriana) alterada (debido al uso de antibióticos, ciertos medicamentos, aditivos, edulcorantes o una dieta inadecuada) puede favorecer enfermedades como infecciones gastrointestinales, depresión, obesidad y patologías de agresión autoinmunitaria. También puede favorecer carencias nutricionales.

La microbiota ayuda a la digestión de la fibra suministrando glucosa y acidos grasos de cadena corta como el butirato. Este es usado por los colonocitos como fuente de energía y ayudan al efecto barrera intestinal. El butirato, entre otras funciones, previene el cáncer de colon. Un motivo importante para hacer una dieta rica en vegetales. Actualmente se está utilizando el butirato en forma de suplemento para tratar ciertas enfermedades intestinales como las inflamatorias y el síndrome intestino irritable (estudio). Se ha visto que los pacientes con estas enfermedades tienen menos proporción de bacterias productoras de butirato.

No deberíamos olvidar, que el administrar artificialmente sustancias que pueden ser fabricadas por nuestro organismo, no va a producir el mismo efecto que conseguir los cambios fisiológicos que nos permitan obtener mayor cantidad de dicha sustancia. En este caso, los esfuerzos deberían ir destinados a conseguir una mayor proporción de bacterias productoras de butirato, ya que sus beneficios no se limitarán solo a la producción de este.

También el estreñimiento nos perjudica la salud en general ya que se da reabsorción de sustancias que debían ser eliminadas. Estas sustancias vuelven a pasar a sangre y a hígado, donde deben ser de nuevo metabolizadas. Esto implica que estas sustancias vuelven a entrar en contacto con los tejidos, intoxicandonos de nuevo.

En próximas entradas veremos cómo conservar la salud del intestino, que estará priorizado por mantener una microbiota saludable, y evitar tanto el estreñimiento como el "síndrome de intestino permeable". Esto se conseguirá principalmente con la alimentación y evitando aquellas circunstancias que pueden alterarlo como el consumo de gluten (aunque no suframos de enfermedad celíaca), estrés, aditivos (como polisorbatos), o antibióticos entre otros.

Otro factor muy importante para mantener la salud es mantener un nivel bajo de estrés. Como acabo de decir, se ha visto que este también afecta la permeabilidad del intestino. El estrés continuado nos puede llevar a sufrir: depresión, agotamiento de las cápsulas suprarrenales, cansancio, irritabilidad, reumatismos, incremento de enfermedades infecciosas, etc.


El ejercicio es bueno a cualquier edad
El ejercicio físico es otro pilar para mantener la salud. Hemos sido diseñados evolutivamente para mantenernos activos. Los beneficios del ejercicio son tanto físicos como psíquicos. Incluso es beneficioso en patologías como el cancer. El ejercicio de fuerza previene la osteoporosis, o la sarcopenia en ancianos, entre otros beneficios. El ejercicio aeróbico como ir en bici, correr o nadar, nos dará resistencia cardiopulmonar previniendo enfermedades cardiovasculares.

Si hacer ejercicio no os gusta podéis empezar por caminar hasta conseguir los 10.000-15.000 pasos diarios. Evolutivamente estamos adaptados a caminar largas distancias para conseguir alimentos, así que es lo que nuestro cuerpo espera. Entre sus beneficios destaca la mejora de la memoria en gente mayor con problemas cognitivos (estudio), y el aumento de la longevidad (estudio). Aunque andar es importante, no os penséis que andar es suficiente para mantener una buena salud. Solo es el inicio. El cuerpo necesita de momentos más "estresantes" para poner en marcha mecanismos de adaptación que mejoran nuestra condición física y nuestra capacidad para prevenir enfermedades. Se ha visto, por ejemplo, que tras sufrir un infarto, los pacientes que realizaban ejercicios de fuerza tenían mejoras más significativas en los indicativos de riesgo de una recidiva, que aquellos que se limitaban a ejercicio aeróbico como andar.

Un descanso adecuado es un factor importante para gozar de buena salud. La falta de sueño puede favorecer la aparición de patologías como la obesidad, la diabetes (se altera la producción de insulina) o enfermedades cardiovasculares (estudio). La falta de sueño reduce la concentración y provoca irritabilidad, pudiendo ser causa de fracaso escolar en adolescentes.

A lo largo de distintos post hablamos de la importancia de la alimentación, o tipos de dietas como aquí, aquí o aquí. Lo básico es recordar que la alimentación debe basarse en alimentos reales, aquellos que hemos comido durante nuestra evolución, minimizando o eliminando los procesados y ultraprocesados.

Relacionado con este punto está el ayuno intermitente como factor favorecedor de una buena salud. Estar comiendo cinco o incluso seis veces al día está muy alejado de la adaptación evolutiva de nuestro cuerpo a la escasez de alimentos. Evolutivamente estamos adaptados a pasar varias horas sin comer. Comiendo con frecuencia, se pierde la posibilidad de regeneración celular que permite el ayuno. Poner en marcha el principal método desintoxicador y renovador de nuestro organismo, como es la autofagia, precisa de unas cuantas horas de ayuno.

No por hablar de ella al final es menos importante, más bien todo lo contrario: debemos cuidar nuestra ALIMENTACIÓN. A lo largo del blog hablo de distintos aspectos relacionados con la alimentación como las dietas bajas en hidratos, la alimentación ideal para mantener la salud, la paleodieta, dieta antiinflamatoria...




divendres, 16 d’octubre del 2015

HOMOTOXICOLOGIA




Una manera de explicar cómo se producen las enfermedades la encontramos en la Homotoxicología.

Esta se basa en que aquellos procesos y manifestaciones que conocemos como enfermedad, se deben a la lucha de nuestro organismo para liberarse de las "homotoxinas". Es decir, de aquellos productos tóxicos que vamos acumulando con el tiempo, ya sean provenientes del exterior o formados en el interior por las propias reacciones del organismo. Es una reacción natural de desintoxicación.


Según la Homotoxicología, los síntomas de la enfermedad se desarrollan siguiendo una tabla de seis fases, que van desde la fase de reacción (enfermedad aguda) hasta la fase de desdiferenciación (donde encontraríamos las enfermedades malignas). Estas fases se dividen de tres en tres, y quedan separadas por lo que se llama el "corte biológico". Este es el punto a partir del cual las toxinas han logrado penetrar a nivel celular, y el organismo pierde la capacidad para llevar a cabo una detoxificación y eliminación adecuadas sin ayuda externa.

Con el tratamiento antihomotóxico es posible provocar una vicariación regresiva, es decir, pasar la enfermedad de una fase a la fase precedente. Esto es tanto más difícil cuanto más cerca de la sexta fase está la enfermedad, aunque no imposible.

Para conseguir sus propósitos, la Homotoxicología utiliza mezclas de diferentes preparados, según la fase de la enfermedad que trataremos: homeopáticos, nosodes, organopreparados y catalizadores.


Sobre las enfermedades autoinmunes, la Homotoxicología nos permite intentar una regulación del sistema inmunitario a partir de la "reacción de asistencia inmunológica". Esta se basa en que la administración de medicamentos antihomotóxicos que contienen organopreparados en diluciones de D1 a D14, provocan la síntesis de linfocitos Th3 con propiedades antiinflamatorias para regular el nivel de Th1 y Th2, que estarían alterados en la enfermedad.