diumenge, 29 de gener del 2017

ENGORDAN LAS CALORÍAS?


Cuando hablamos de calorías de un alimento nos estamos refiriendo a las calorías que se han obtenido en el laboratorio quemando el alimento en un aparato llamado calorímetro. Se coloca una cantidad de comida en el aparato y se quema en presencia de oxígeno. Al quemarse se genera calor que calienta el agua que rodea el depósito donde está la comida. Dependiendo de los grados que se calienta el agua podemos deducir las calorías del alimento. Este procedimiento ha permitido conocer que 1g de HC proporciona 4 Kcal, 1g de proteínas 4 Kcal y 1g de grasas dan 9 Kcal.


Pero el cuerpo humano no es un horno, no quemamos el alimento y obtenemos energía del calor que se desprende, sino que metabolizamos el alimento en una serie de pasos de modo que vamos obteniendo moléculas de ATP. Estas son las que utilizamos como fuente de energía para realizar cualesquiera de nuestras funciones.


Como aparece en la imagen, la molécula de ATP contiene enlaces fosfato que son los que se rompen liberando energía cuando la necesitamos. Al romperse, cada enlace de fosfato libera 7.3 Kcal / mol, y se forma una molécula de ADP. Esta se reconvierte en ATP por la energía extraída del alimento cerrando el ciclo. El ADP también puede romperse y liberar energia formando AMP.

Vemos que la energía extraída de los alimentos sirve (entre otras cosas) para sintetizar ATP. Nada que ver con energía que se transforma en grasa en nuestros adipocitos (células grasas).

Intentaré entrelazar cifras, por ejemplo, entre glucosa consumida y energía generada para ver si hay relación como para hablar de exceso calórico como determinante a la hora de ganar peso.

Sabemos que el metabolismo de una molécula de glucosa nos da 36 moléculas de ATP. Sabemos que la masa molar de la glucosa es 180.16g / mol. Bueno, calculamos que por el consumo de 180.16g (1 mol) de glucosa obtenemos 36 moles de ATP. Si lo multiplicamos por 7.3 Kcal que se obtienen del enlace fosfato del ATP, i  por 7.3 del enlace ADP, tenemos 526 Kcal obtenidas en forma de ATP por 180.16g de glucosa. Si los números de Atwater (los del calorímetro) nos dicen que 1g de glucosa generan 4Kcal. Quemar 180.16g deberían dar 720.64 Kcal.

Por lo tanto, ¿qué tiene que ver la energía obtenida en el calorímetro con la que obtenemos metabólicamente? Vemos que, de 720 Kcal teóricas, obtenemos 526 Kcal en forma de ATP. Y eso suponiendo que haya absorbido toda la glucosa y que toda se destine a la obtención de energía, que no tiene por qué ser así, y de hecho seguro que no será así.

Sabemos que no es transformable en energía toda la comida ingerida

Veamos por qué.

Para esta metabolización del alimento se da en primer lugar su paso por el sistema digestivo, donde se rompe en sus constituyentes fundamentales. Así, absorbemos sus principios inmediatos: hidratos de carbono, grasas y proteínas. Ahora bien, sólo de una parte de ellos obtendremos energía directamente en forma de ATP que usaremos para trabajo mecánico o para mantener el resto de funciones corporales. Otra parte irá a generación de calor para mantener la temperatura corporal. Otra se destinará a depósito de energía en forma de grasa y otra se destinará a la construcción de estructuras.

Resultat d'imatges de aparato digestivo
Sistema digestivo

Vemos que una cosa son las calorías contenidas en un alimento, y otra las que realmente aprovechará nuestro cuerpo.


En primer lugar, hay que considerar la digestibilidad. Esta nos mide la parte del alimento que finalmente podrá ser absorbida. Así, por ejemplo, los frutos secos son teóricamente muy energéticos, pero tienen una digestibilidad baja. En diferentes estudios se ha visto que no provocan sobrepeso.

Otro factor que afecta a las calorías teóricas es la termogénesis del alimento. Es decir, las calorías que se gastan en la digestión del propio alimento (factor más elevado para las proteínas).

Otro factor que influirá en el aprovechamiento de la energía es la microbiota intestinal. Como vimos en el post sobre microbiota i obesidad, hay bacterias que permiten extraer más energía del alimento.

Está establecido en el ámbito universitario, profesional (en general), y "vox populi", que el problema de la obesidad se debe a una ingesta elevada de calorías y es favorecida por el sedentarismo. Se basa en la teoría CICO (calorías in calorías out). Es decir, tantas calorías entran, tantas tienen que salir para mantener el peso corporal. Se basan en el primer principio de la termodinámica: la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.

Pero la aplicación de esta teoría tiene, en parte por lo que acabamos de ver, ciertos problemas a nivel del cuerpo humano. De entrada, este no es un aparato cerrado de entrada y salida, sino que entre las dos, se dan múltiples vías metabólicas. Esto hará variar los destinos de los nutrientes y los gastos energéticos asociados.

Hay que considerar que alimentos diferentes, provocan reacciones endocrinas diferentes que nos llevarán a reacciones metabólicas diferentes y, por tanto, a destinos distintos de los nutrientes o de la energía que de ellos extraemos. Será el propio metabolismo quien decidirá a que destina el alimento, si a gasto de energía, o a construcción de estructuras celulares, o almacenamiento de energía ... y sobre eso no tenemos ningún control.

Si la cuestión de ganar o perder peso dependiera única y exclusivamente de este balance energético, dos dietas isocalóricas (igualdad de calorías), aunque con distribución de macronutrientes diferentes, deberían tener el mismo impacto sobre el peso corporal, y NO es así. Incluso, manteniendo la misma energía y la misma distribución de macronutrientes, si variamos las fuentes de estos nutrientes (principalmente la fuente de hidratos de carbono), el impacto sobre el peso corporal es diferente. Esto es debido al impacto sobre las hormonas que tienen los diferentes alimentos.

Resultat d'imatges de resistencia insulina
Diametro abdominal (indicador de riesgo cardiovascular)

Parece bastante claro que la principal hormona causante (o mayormente implicada) de obesidad, es la insulina. Por tanto, será la incidencia del alimento sobre los niveles de ésta la que influirá de manera notoria sobre el incremento de peso ya que es la que le dice a nuestro organismo que estimule la acumulación de depósito de grasa. Pero no almacena 
"energía".

La grasa acumulada no es proporcional al exceso de energía ingerido, sino al estímulo insulínico.

Por otra parte, la "resistencia a la insulina" y el cortisol elevado provocados por el estrés, favorecen el incremento de peso a pesar de que no se produzca un incremento de la ingesta energética en relación al consumo anterior a sufrir de estas dos condiciones.

Me diréis que las calorías importan porque al reducirlas se pierde peso. Es cierto, se pierde peso, pero no podemos afirmar que sea por las calorías. Cuando comemos menos también hacemos un impacto diferente en las hormonas que podría ser la causa real de la disminución de peso. Además, la reducción de calorías nos llevará a recuperar el peso perdido, aunque comamos por debajo de las necesidades por una adaptación del metabolismo, entre otros problemas, como vimos aquí.

Y ¿qué pasa si ingerimos más alimento? De entrada, es posible que ganemos peso, pero tampoco podremos afirmar que sea por comer más calorías. De nuevo, hay estudios que no muestran incremento de peso al aumentar las calorias en forma de grasas. La energia sobrante se disipa en forma de calor.  Por lo tanto, es la diferente respuesta del cuerpo al incremento del tipo de producto, y no al incremento de las calorías, lo que afectaría a la ganancia, o no, de peso.

Hay diferentes  estudios en animales y algunos en humanos que demuestran que las calorías no son las causantes directas de la ganancia de peso. En ellos se realizan pruebas dando dietas isocalóricas y variando las proporciones de hidratos de carbono, grasas y proteínas. En otros, se mantienen las proporciones, pero se varia la procedencia de los hidratos de carbono. A través de estos estudios se observa que reducir hidratos de carbono (aunque conservando calorías) implica una reducción de peso o menos ganancia de grasa.

Tenemos totalmente asimilada la cuestión del gasto energético y del conteo de calorías como factores indispensables para mantener un peso adecuado, ¿sabemos acaso cuanta comida en peso ingerimos al día? ¿Cuantos gramos de cada macronutriente comemos? Y acaso ¿podemos controlar cuantas calorías ingerimos, o absorbemos? Va siendo hora de que comencemos a pensar que es un error conceptual. Imaginaros, desde el punto de vista evolutivo, que el ser humano hubiera tenido que contar calorías para mantener la salud y el peso correcto ...





dijous, 12 de gener del 2017

TIROIDITIS Y MEDICINA NATURAL (I)


El término tiroiditis nos indica una inflamación de la glándula tiroides. Esta puede ser debida a diferentes causas y cursar en forma de hipotiroidismo (déficit en la funcionalidad de la glándula) o de hipertiroidismo (exceso de funcionalidad de la misma).

La causa más frecuente de hipotiroidismo es la autoinmunitaria (enfermedad de Hashimoto) y es la que trataremos en este post. En ella el sistema inmunitario crea anticuerpos contra determinadas partes de la glándula. Podemos encontrar anticuerpos (en adelante AC) antitiroperoxidasa (TPO) en un 90% de los casos. La peroxidasa es la enzima que junto al yodo sintetiza las hormonas tiroideas al unir este al aminoácido Tirosina. Las hormonas tiroideas se combinan formando un complejo llamado Tiroglobulina, a partir del que se van liberando las hormonas al torrente sanguíneo. Otro tipo de AC afecta a este complejo: con una frecuencia del 70% encontramos AC antitiroglobulina. En un 25% de los casos encontramos AC contra el receptor de la TSH de forma que lo bloquean. Esta es la "hormona estimuladora del tiroides" y es secretada por la hipófisis para decirle al tiroides que sintetice sus hormonas: tiroxinas (T3 y T4). Si está bloqueado por los AC, la TSH no da señal para poder sintetizar las tiroxinas.

Localitzación tiroides

Otras causas de hipotiroidismo son: cirugía por nódulos o por carcinoma de tiroides, la aplicación de yodo radiactivo para tratar un hipertiroidismo o carcinoma, el tratamiento con litio para tratar la psicosis maniaco-depresiva, toma de medicamentos antitiroideos y hipotiroidismos secundarios a un mal funcionamiento de la glándula hipófisis que no segregue TSH.

El uso de medicamentos convencionales también puede afectar a la función de la glándula tiroides o al metabolismo de sus hormonas. Los más frecuentes serían los glucocorticoides que provocarían disminución en la secreción de TSH y reducción del transporte por la Tiroglobulina. Se da alteración de los niveles de T3 y T4 por aumento del metabolismo hepático con carbamacepina y fenitoina. Y la lista sigue con otros como litio, dopamina, hidróxido de aluminio, estrógenos, tamoxifeno ...

Hay que considerar que las hormonas tiroideas están implicadas en la regulación del metabolismo y la función de los diferentes órganos. De hecho, todas las células tienen receptores para las hormonas del tiroides. Por lo tanto, su deficiencia implicará una multitud de síntomas: estreñimiento, piel seca, elevación de colesterol, sensación de frío, dificultad para concentrarse, fatiga, aumento de peso, alteraciones menstruales, fragilidad de las uñas, somnolencia...

La tiroides segrega la T4 (tetraiodotironina o tiroxina) en una proporción de 20:1 respecto a la T3, pero las acciones a nivel celular las hace esta última (triyodotironina). Por tanto, primero la T4 debe pasar a T3 y esta debe estar libre (ya que se transporta por sangre unida a proteínas) para penetrar en las células.

A menudo, las analíticas sólo miran TSH y T4. Si estas salen bien, el médico dirá que el tiroides está bien. Y tiene razón, pero el problema puede ser una baja conversión de T4 a T3, y por lo tanto, tengo los mismos síntomas del hipotiroidismo. Debe mirarse la T3 libre y de paso, la T3r (reversa). Esta es la opuesta a la T3 y también se fabrica a partir de la T4. En condiciones normales sólo lo hace en una pequeña proporción, pero en situaciones en las que hay que conservar energía, como el estrés físico o emocional, este porcentaje puede aumentar y la T3r impedirá la conversión de T4 a T3, al tiempo que bloqueará los receptores para la T3 libre, ocasionando un hipotiroidismo funcional. Por ello, es importante el ratio T3 libre / T3r, que debe estar por encima del 20%.

Acción de la enzima deiodinasa

Como decía, puede fallar la conversión de T4 a T3. Parte de esta conversión se realiza a nivel intestinal generando dos formas inactivas de T3. Estas pasan a T3 activa gracias a una enzima llamada sulfatasa intestinal. Y, ¿quién nos aporta esta enzima? Nuestra estimable microbiota intestinal (un motivo más para cuidar de ella). Los elevados niveles de estrógenos que pueden darse cuando hay disbiosis intestinal harán aumentar los niveles de globulina que se unirá a T4 y T3 impidiendo que puedan hacer su función.

El otro órgano que afecta a la conversión es el hígado. Tener problemas hepáticos como hígado graso o sobrecargado, reducen la conversión. Otras causas podrían ser el estrés crónico o agudo, dietas muy restrictivas, el exceso o la falta de cortisol, la resistencia a la insulina ...

El déficit de nutrientes como el selenio reduciría la conversión ya que es necesario para la funcionalidad de la enzima que la realiza. Además, su falta lleva a una menor actividad de la glutatión peroxidasa (enzima antioxidante) y otras selenoproteinas implicadas en el metabolismo del tiroides (estudio), incrementando el daño oxidativo sobre la glándula. Una concentración baja de selenio también favorece las tiroiditis autoinmunes (estudio). También el zinc interviene en la conversión.

Un nivel bajo de hierro puede dar síntomas de hipotiroidismo ya que ayuda a entrar la T3 en las células. Hay que controlar los niveles de ferritina (proteína almacén del hierro).

También se ha encontrado bajo el nivel de vit B12 en el 40% de los pacientes, y una estrecha relación entre hipotiroidismo y los niveles de vitamina D. Los pacientes  con tiroiditis de Hashimoto   presentan  déficit de vitamina D. En un 98% de los casos debido a un polimorfismo del receptor de la vitamina, de forma que este no se activa adecuadamente. Así, el nivel podría ser casi normal, pero su actividad ser deficitaria.

En caso de hipotiroidismo que afecta a hombres hay una alta prevalencia de infección por el virus de Epstein Barr (estudio). Habrà que tratar este primero si se haya activo.

Finalmente comentar que los problemas de tiroides pueden estar asociados a la fibromialgia, y a problemas adrenales (interesante descartarlo con el test salivar de cortisol).

En una próxima entrada hablaré del tratamiento con medicina natural de este problema de salud.