divendres, 19 de gener del 2018

VITAMINA K Y SALUD CARDIOVASCULAR



Hace un tiempo os hablé en este post sobre la vitamina K, y sobre su importancia para los huesos. Pero esta vitamina es también importante para la salud cardiovascular. Hoy vamos a hablar de ello y de los diferentes suplementos que hay de la misma.

Como comenté en su día, hay tres tipos de vitamina K: K1 o filoquinona que es la forma natural que encontramos en los alimentos vegetales. La K2 o menaquinona que es producida por nuestra flora intestinal (como mantener una microbiota sana), y se encuentra en alimentos animales. Finalmente, la sintética, o K3.

La K1 y la K2 se encargan de la activación de factores de coagulación en el hígado. La K2, a su tiempo, lo hace también a nivel extrahepático. Por eso, la acción cardiovascular se la debemos principalmente a esta.

Puesto que es una vitamina indispensable para la coagulación sanguínea, su déficit provoca riesgo de hemorragia al aumentar el tiempo de coagulación, pudiendo facilitar hemorragias internas, y que las heridas tarden en cicatrizar.


Resultado de imagen de coagulacion
Fases de coagulación sanguinea

EFECTOS SOBRE LA SALUD CARDIOVASCULAR

Se encuentra deficiencia de vitamina K en diversas enfermedades crónicas, aunque raramente es suministrada en el tratamiento de las mismas (estudio). Esto a pesar de que se ha observado que incluso su ingesta dietética aumentada está inversamente relacionada con la mortalidad por diferentes causas al reducir el riesgo, por ejemplo,  de sufrir enfermedad cardiovascular o cáncer (estudio).

Dentro de la salud cardiovascular la vitamina K interviene evitando la arteriosclerosis (o endurecimiento arterial) que se da con la edad. Esto mantiene una mejor flexibilidad arterial y por lo tanto una menor resistencia al paso de sangre. Dificultamos así la hipertensión arterial. De hecho, el déficit de vitamina k y D puede aumentar un 62% el riesgo de hipertensión (estudio).El efecto se debe a que la vitamina K activa una cascada de proteínas que acaban evitando que el calcio se deposite en las paredes vasculares.

La vitamina K también es capaz de regular los niveles de glucosa en sangre a través de la mejora en la sensibilidad a la insulina, aunque su mecanismo de acción no está dilucidado. Esto favorece la salud cardiovascular ya que los niveles altos de glucemia y de insulina se asocian con riesgo elevado de enfermedad metabólica.

En este estudio, su administración en suplemento se asocia con un incremento del 12% en el gasto cardiaco máximo durante el ejercicio. Es decir, el volumen de sangre que los ventrículos expulsaban por minuto aumenta, indicando un incremento en la salud cardiovascular y de la capacidad de resistencia aeróbica. Esto significa que más oxigeno llega a los músculos durante el ejercicio (y también en reposo).


SUPLEMENTOS DE VITAMINA K2 

Tipos de vitamina K


La vitamina K muestra una estructura compuesta por una unidad cíclica a la que se une una cadena formada por la repetición de unidades individuales llamadas isoprenoides. Hay distintos tipos de K2 dependiendo de la longitud de la cadena lateral de isoprenoides que contiene. Se denominan como MK-n, donde n es el número de unidades de isoprenoides. Pueden ir de 4 a 14.

Los suplementos de K2 son de Mk-4 o Mk-7. En la alimentación, encontramos que las fuentes animales de vitamina K2 son del tipo MK-4. Esta también puede producirla el cuerpo a partir de la K1, aunque de forma poco abundante. La MK-7 se encuentra en pequeñas cantidades en productos fermentados. Exceptuando en el alimento japonés natto, donde se encuentra en abundancia.

Cuanto más larga es la cadena de isoprenoides, más fácil es acumular la vitamina en el hígado. Por eso un suplemento de mk-4 puede tomarse a diario sin riesgo de acumulación, a diferencia del mk-7 (por esto los suplementos de esta son de menor dosis o no se toman a diario).

Las necesidades de esta vitamina aumentan en enfermedades como la celíaca, colitis ulcerosa, síndrome intestino corto,  fibrosis quística, o en cualquier enfermedad que afecte la absorción de las grasas, ya que en ellas se disminuye la absorción de vitamina K (necesita absorberse con grasas). También en el caso de la toma de ciertos medicamentos, como los antibióticos, ya que se reduce la microbiota y por tanto la síntesis de vitamina que ella realiza. O por la toma de Orlistat (para adelgazar) o aceite de parafina (lubricante), que interfieren en su absorción al facilitar la eliminación de grasas.

La ingesta diaria recomendada de vitamina K es de 75-120 mcg para adultos en Europa. Pero esta dosis no es la óptima para cubrir adecuadamente todas las funciones a las que se destina, si no simplemente, evitar enfermedad hemorrágica por carencia. Así, por ejemplo, para reducir la incidencia de fractura pélvica, serian necesarios 250 mcg al día (Framingham Heart Study).

En el mercado hallamos distintas combinaciones de vitamina K. Pueden ser del tipo MK-4 y 7, y mezclas de las dos. Es más frecuente encontrar la MK-7. Se le supone actividad más prolongada y suele provenir de fuente natural. Por el contrario, la MK-4 suele ser de síntesis y de vida media corta. Sea cual sea la vitamina K usada, no deberían sobrepasarse los 5mg (5000 mcg) a la semana de MK-4, y 1mg (1000mcg) de MK-7. Esta es una medida prudencial ya que no se han establecido dosis toxicas para la vitamina K1 o K2, a diferencia de la sintética K3.

Aconsejo las que se asocian con vitamina D ya que matamos varios pájaros de un tiro: hipertensión, huesos, salud cardiovascular, regulación del sistema inmunitario.