dilluns, 17 de setembre del 2018

PREVENCIÓN ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS (I)


Temidas por los estragos que provocan en la vida social y autónoma del paciente y la de sus cuidadores, las enfermedades neurodegenerativas son aquellas que implican la muerte o disfunción de las neuronas en distintas zonas de tejido nervioso, acelerando la degeneración de dichos tejidos.

Dependiendo de la zona afectada del sistema nervioso encontraremos síntomas distintos. Al conjunto de síntomas, y según la zona afectada, le ponemos la etiqueta correspondiente: Alzheimer, Parkinson, Huntington, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica... La gravedad de cada una es variable atendiendo la zona  y la extensión afectada.

Las causas que llevarán a la muerte celular de los distintos puntos del sistema nervioso también son variables. Así, por ejemplo, la corea de Huntington se debe a una mutación genética que conlleva una forma alterada de la proteína huntignina, cosa que provoca muerte celular en los ganglios basales. Evidentemente, no se puede prevenir una enfermedad genética, pero si mejorar el estado general del paciente. 

Las enfermedades neurodegenerativas pueden manifestarse con demencia, que es una pérdida de la función cerebral que se presenta como falta de memoria, alteración del pensamiento, del lenguaje, de la orientación o del comportamiento. Ahora bien, no todas las demencias son debidas a estas enfermedades y algunas pueden ser tratadas: tumores cerebrales, abuso de alcohol, de origen metabólico, déficit de B12, toma de estatinas (detalle).

PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD NEURODEGENERATIVA

Se hacen estudios buscando maneras de diagnosticar estas enfermedades de una forma precoz, suponiendo así una mayor efectividad de los tratamientos para evitar su progresión. Pero no olvidemos que detención precoz no es lo mismo que prevención. Podríamos pensar que detectarlo antes nos permite empezar antes un tratamiento y reducir así su avance con fármacos. La realidad es que dichos fármacos (por ejemplo los que usamos para paliar el Alzheimer) solo reducen los síntomas, sin afectar su avance, y además tienen numerosos efectos secundarios. De hecho, se cuestiona tanto su efectividad que en Francia han dejado de financiarlos (detalle).


Cerebro normal vs cerebro con Alzehimer


Entonces, ¿qué hacemos?. 


En términos generales su prevención no es distinta de la que podamos hacer para prevenir cualquier tipo de enfermedad. Aunque creamos que ciertas enfermedades son consecuencia del continuo envejecimiento de la población, solo debemos fijarnos en otras partes del mundo, en otras civilizaciones, y ver que ocurre con ellas. Sabemos que en las sociedades que aún conservan un estilo de vida ancestral, la presencia de enfermedades de "la civilización" es muy escasa, incluso a edades avanzadas. Sabemos también que estas diferencias no se deben a la genética ya que cuando sometemos estas tribus a la "civilización", aparecen las llamadas enfermedades de la opulencia. Cuando estos individuos vuelven a su estado natural, dichas enfermedades desaparecen.


Veamos a continuación distintas acciones que podemos hacer para prevenir las enfermedades neurodegenerativas. Para empezar, os aconsejo que leáis aquí mi post sobre como conservar y recuperar la salut en general.


DIETA


Este es el primer y más importante cambio a incorporar. Sin este cambio dificilmente vamos a mejorar nada. Ya hemos hablado a menudo de las ventajas de una dieta en la que predominen alimentos reales y se eliminen los procesados y ultraprocesados. Donde se eliminen los cereales ricos en gluten y sus derivados, por sus efectos sobre la permeabilidad del intestino. Esta permeabilidad alterada favorece un estado proinflamatorio del organismo, y también del cerebro. Además, existe relación entre la sensibilidad al gluten y distintos trastornos psiquiátricos sin necesidad de presentar enfermedad celíaca.


Otro motivo para eliminar los cereales procesados y azúcares, es por la relación entre su alto consumo y la diabetes tipo II, y la relación entre esta y la aparición de Alzehimer. La resistencia a la insulina puede provocar cambios también a nivel encefálico, aunque no haya en el cerebro resistencia a la insulina. Los daños que provoca un nivel alto de azúcar en sangre, como problemas vasculares, pueden darse a nivel cerebral, de forma que se disminuye el riego sanguíneo al cerebro, por tanto la llegada de nutrientes y oxígeno, y por ende, perturbación del metabolismo celular. El aumento de sustancias inflamatorias que se da en la diabetes tipo II también afectarán negativamente el cerebro. 



Componentes dieta paleo
En definitiva, debemos observar una dieta sana que nos prevenga de problemas de salud como la diabetes tipo II, y que nos aporte todos los nutrientes necesarios para conservar un adecuado metabolismo en nuestras neuronas, así como un adecuado nivel de fitonutrientes con propiedades antioxidantes. Esto se consigue con una dieta rica en vegetales, con suficientes proteínas y grasas, donde los procesados han sido eliminados o reducidos a una mínima expresión. Deberíamos llevar dietas como la paleo o las bajas en hidratos (o vegetariana si me apuráis). Esto nos permitirá reducir la posibilidad de sufrir diabetes tipo II, y por tanto, de enfermedad neurodegenerativa. Pero.. 

¿Que hacer cuando aparecen los primeros síntomas de afectación del sistema nervioso?


Aquí entra en juego la llamada dieta CETOGÉNICA (de la que hablamos aquí). En primer lugar es una dieta eficaz para perder peso (estudio), mantenerlo a largo plazo y mejorar parámetros de salud cardiovascular. Esta pérdida de peso y la reducción de los niveles de glucosa y insulina que provoca, es capaz de revertir una diabetes tipo II y por tanto, ayudar al organismo a revertir los daños asociados a ella.


Hay estudios (como este) que encuentran una mejora en pacientes con Alzehimer leve sometidos a dieta cetoténica. También puede mejorar la enfermedad de Parkinson (estudio). En definitiva puede mejorar distintas enfermedades neurodegenerativas y neuromusculares (estudio). Esta dieta presenta sobre el cerebro una disminución de la inflamación, así como un incremento en la capacidad de obtención de energía gracias a los cuerpos cetónicos, que además la proporcionan generando menos deshechos. Al mismo tiempo, mejora la biosíntesis de mitocondrias. El incremento de cetonas que provoca la dieta, también  produce  una reducción en la proteína amiloide (su acumulo provoca la enfermedad).


No olvidemos que nuestro cerebro es un 60% grasa y es rico en colesterol. Nuestra dieta debe tener suficiente grasa para cubrir sus necesidades. Incluso unos niveles más elevados de colesterol, están relacionados con mejor memoria y menor riesgo de demencia (estudio), que aquellos individuos con niveles más bajos. Como veis, el estudio está hecho con individuos sin la variante genética de la Apolipoproteina E4. La variante genética ApoE4 (existen también E2 y E3) está asociada a mayor riesgo de sufrir Alzehimer, encontrandose entre el 60-80% de los pacientes afectados. Esto es debido a que este alelo (una de las dos copias que tenemos para cada gen) aumenta el riesgo de aterosclerosis. Las apolipoproteinas también se encargan de eliminar la proteína amiloide, pero la variante ApoE4 es menos efectiva que las otras  eliminando las placas de beta-amiloide que se acumulan en pacientes de Alzehimer. La acción de la dieta cetogénica será menor en pacientes que presentan este alelo, aunque no despreciable.


Frente al inicio de una pérdida de capacidades cognitivas creo que una dieta cetogénica es el primer paso a seguir para evitar un avance del problema. 

Añadiremos a ella otras pautas que dejo para el siguiente post.