dimarts, 28 de novembre del 2017

ANTIOXIDANTES Y ENVEJECIMIENTO


Durante muchos años se creyó haber encontrado en los antioxidantes el elixir de la eterna juventud. Existía la creencia errónea de que eliminar los radicales libres (RL) iba a proporcionarnos un envejecimiento más lento y mejor salud. Hoy sabemos que los RL son imprescindibles para la señalización de importantes rutas metabólicas. Por tanto, son necesarios en ciertos niveles para conservar la salud. Os hablé de vitaminas antioxidantes y salud en este post.


Vayamos al asunto: ¿Sirven los antioxidantes para prevenir el envejecimiento?

Sabemos que el envejecimiento no se debe a una causa única, sino que es multifactorial: hay casi 100 genes implicados en la longevidad. Por tanto, la teoría de los RL como única explicación no nos sirve, aunque forme parte primordial de la explicación global del proceso.

Empecemos resumiendo algunas de las teorías actuales sobre el envejecimiento.


Evolución natural al envejecimiento


TEORIA DEL ESTRÉS OXIDATIVO

Esta teoría viene a decir que los RL provocados durante a respiración celular se acumulan provocando daños en las células que implican pérdida de la homeostasis (equilibrio celular), daño genético y pérdida de la funcionalidad de la célula, lo que conlleva envejecimiento y muerte.

Esto concuerda con el hecho de que hay ciertas circunstancias que disminuyen la actividad mitocondrial, y por tanto la generación de RL,  que aumentan la longevidad: restricción calórica, y restricción del aminoácido metionina. (estudio).

Por el contrario, el ejercicio físico también aumenta la longevidad, pero genera más RL. En este caso, si se inhibe la formación de RL se elimina la capacidad del ejercicio para aumentar la esperanza de vida. Podría deberse a que se atenúa el efecto hormético del ejercicio que provoca incremento en la síntesis de antioxidantes endógenos. En definitiva, mejoraría la esperanza de vida, no por reducir los RL, sino por aumentar las defensas frente ellos.

TEORIA DEL ESTRÉS OXIDATIVO MITOCONDRIAL

Sin poder desligarse de la anterior, esta teoría sitúa el envejecimiento en la acción de los RL sobre las mitocondrias.

Puesto que los RL endógenos se generan mayoritariamente en las mitocondrias, estas serían las primeras afectadas por el daño oxidativo. Hay evidencias de que este daño sobre el ADN mitocondrial está relacionado con patologías metabólicas y neurodegenerativas. A pesar de poseer sistemas antioxidantes como vitaminas y enzimas, la generación de RL puede llegar a superar su capacidad neutralizadora. En las mitocondrias se crea un círculo vicioso ya que con la edad el proceso respiratorio es menos efectivo, se genera mayor número de RL, que a su vez provocaran un peor funcionamiento del sistema, cerrando así el círculo.

Esto conllevará con el tiempo a una disminución en la capacidad para sintetizar la molécula de ATP. Como sabéis, esta es imprescindible para la realización de cualquier trabajo a nivel celular. Si se reduce el ATP, todos los procesos se hacen más lentos, incluso el de propia generación de energía. Esto acumula errores que favorecen el envejecimiento celular.

Los órganos con mayor requerimiento energético como músculo y cerebro se ven más afectados que otros por este proceso ya que son altamente dependientes de la fosforilación oxidativa (respiración celular) y por tanto se generan más RL en ellos.

Pero lo que parece no estar claro es si el daño mitocondrial es causa o consecuencia del envejecimiento. ¿Fue primero el huevo o la gallina?

TEORIA DE LOS TELÓMEROS

Para hablar de esta teoría debemos considerar el límite de Hayflick: este es el número de veces que se puede dividir una célula antes de morir. Este número viene determinado por la longitud de los telómeros. Estos son las partes finales de los cromosomas, que no codifican para ninguna proteína, pero son imprescindibles para que pueda funcionar la maquinaria que replica los cromosomas durante su división. A medida que se divide la célula se van haciendo más pequeños ya que no pueden replicarse por completo. Por tanto, existe una relación entre la edad biológica y la longitud de los telómeros, que se harán más cortos a medida que envejecemos.

La enzima telomerasa alarga un poco la longitud de los telómeros en cada división. El gen de la telomerasa solo se mantiene activo en las células madres y germinales después del nacimiento. Las células cancerígenas expresan mucha telomerasa, lo que les permite dividirse sin reducir el tamaño de los telómeros. Son, por tanto, inmortales.

TEORIAS GENÉTICAS

Algunos autores postulan causas genéticas ya que la edad máxima de vida depende de cada especie y es distinta a las demás. Así, cuanto mayor es, menor es la velocidad de envejecimiento.


Segmento de ADN

Esta edad vendría marcada genéticamente. Se ha comprobado a través de ratones “knock out” como la supresión de ciertos genes pueden aumentar su esperanza de vida.


Por lo expuesto hasta el momento, podemos deducir que lo que producirá una mejora en la esperanza de vida y un envejecimiento más “sano”, serán aquellas medidas que nos conduzcan a reducir la formación de estrés oxidativo mitocondrial y a aumentar la longitud de los telómeros.

Retomemos la pregunta inicial: ¿Sirven los antioxidantes para prevenir el envejecimiento?

En principio las dosis altas de vitaminas antioxidantes no sirven para prevenir el envejecimiento. Ya vimos en el anterior post que incluso pueden tener efectos contraproducentes.

El uso de fitoquímicos provenientes de alimentos a dosis altas en pastillas, tampoco ha demostrado efecto antienvejecimiento en humanos. Si bien es cierto que han demostrado efectos reductores de RL potentes (estudio)esto no significa necesariamente un efecto antienvejecimiento. Ya vimos que los RL son necesarios para la señalización celular. Otro aspecto es que puedan tener efectos sobre prevención o tratamiento de ciertas patologías.

A pesar de ello, los fitoquímicos consumidos con la alimentación (polifenoles, terpenos, indoles, etc), vitaminas y minerales, si pueden tener acciones que retrasen el envejecimiento o sus efectos, como la aparición de enfermedades cardiovasculares, metabólicas o degenerativas. Esto es así porque hay una dosis mínima de vitaminas y minerales (los fitoquímicos no tienen mínimos establecidos), que ayudan a conservar el buen funcionamiento celular. Si la célula tiene un déficit de algún nutriente que conlleve incrementar la formación de RL por el mecanismo que sea, esto incidirá en su envejecimiento.

Así, por ejemplo, el resveratrol reduce la oxidación de la LDL-col, previniendo así su depósito en las arterias. Algunos compuestos fenólicos actuarían de prooxidantes, estimulando la formación de enzimas antioxidantes.

Granada rica en elagitaninos
La granada, las nueces, y algunas bayas como las moras o las fresas contienen elagitaninos que por acción de la microbiota son transformados en Urolitina A. Esta es un potente activador de la mitofagia (reciclaje de mitocondrias dañadas) i mejora la función muscular en animales (detalle).


Entonces, ¿podemos prevenir el envejecimiento de alguna manera?

Atendiendo a lo comentado hasta ahora, las acciones a tener en cuenta serian:

Alimentación: con abundante cantidad, y variada, de vegetales y frutas. Se ha visto que el consumo de pescado azul se asocia con telómeros más largos. En un estudio en pacientes con enfermedad coronaria, hubo una relación inversa entre los niveles de Omega-3 sanguinios y la longitud de los telómeros (estudio).

Realización de ejercicio físico: aumenta las defensas antioxidantes y ayuda a incrementar el número y salud de tus mitocondrias. Activa la telomerasa, que como hemos dicho aumenta la longitud de tus telómeros.

Restricción calórica: o en su defecto, ayuno intermitente. Entre sus acciones están mantener la masa muscular durante la pérdida de peso, aumentar la plasticidad neuronal, reducir marcadores inflamatorios y de enfermedad cardiovascular…Además aumentan la salud de tus mitocondrias favoreciendo la mitofagia (proceso regenerador de las mismas).

Evitar hábitos tóxicos: como sedentarismo, fumar, alcohol o comer carnes procesadas ya que reducen el tamaño de los telómeros.

Evitar el estrés:  este también acorta los telómeros. La realización de técnicas de meditación alarga los telómeros (estudio).

Dormir el tiempo necesario: Reducir las horas de sueño se relaciona con telómeros más cortos (estudio).

¿Algún suplemento?

Vitamina D: sus niveles se relacionan con la longitud de los telómeros (estudio).

Coenzima Q10 (en forma de ubiquinol si tienes más de 50 años) para favorecer la obtención de energía en la mitocondria.

Ya veis, envejecer más lento no es tan simple como tomar una pastilla. De hecho es exactamente el mismo camino que hay que seguir para conservar una buena salud.