dissabte, 28 d’octubre del 2017

VITAMINAS ANTIOXIDANTES: ES NECESARIO TOMARLAS?



Tomar vitaminas antioxidantes siempre está de moda: nos han enseñado que nos ayudan a mantener una mejor salud, que previenen enfermedades, el envejecimiento, la piel más joven...pero ¿Qué hay de cierto en todo esto?

Empecemos por definir: ¿Qué es un radical libre?

Se trata de una molécula inestable capaz de alterar otras moléculas para ganar estabilidad. Este radical libre (RL a partir de ahora) puede proceder del propio metabolismo celular, de la acción del sistema inmunitario al actuar, de la contaminación ambiental, la radiación solar, el tabaquismo, o de la reacción propia de un RL con otra molécula. La propia respiración celular en la mitocondria, para formar la molécula energética de ATP, genera RL del oxigeno activado que no se ha usado durante la reacción. Estos RL en exceso pueden generar enfermedades al reaccionar con las membranas celulares, las proteínas, el propio ADN...Y a la inversa, hay enfermedades en las que se generan en mayor proporción del habitual.

Por otro lado, los RL son también mediadores que ponen en marcha vías celulares importantes:
  1. Sirven de señal para la síntesis de las enzimas antioxidantes internas. Es el denominado proceso de hormesis, a partir del cual las dosis bajas repetidas de un tóxico producen una reacción de resistencia a ese tóxico: incrementar las dosis de oxidantes genera la síntesis de antioxidantes para soportar cada vez mayor nivel de oxidantes. Protegen así a las células del estrés oxidativo que ellos mismos generan.
  2. Mecanismo utilizado por los fagocitos del sistema inmunitario que generan RL para destruir a distintos patógenos.
  3. Los RL son también señal para activar la expresión genética, modulan la inflamación y tienen acción antitumoral al estimular la apoptosis (muerte celular) de las células mutadas.
Formación y eliminación de RL


El cuerpo humano tiende a un estado reducido a través de la inhibición de los procesos oxidativos. Cuando estos superan la capacidad antioxidante del organismo, decimos que se produce estrés oxidativo. Éste puede intervenir en la patogenia (creación) de distintas enfermedades como el Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, el cáncer, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, como hemos visto, es necesario cierto grado de estrés oxidativo para mantener el proceso de hormesis y mantenernos en salud.

¿Qué es un antioxidante?

Es una molécula capaz de neutralizar los RL ya que tiene la capacidad de ser oxidado por estos.  Como antioxidantes encontramos distintas vitaminas: A, C, E, minerales como Zinc o selenio, sustancias naturales como los polifenoles, y enzimas como la catalasa, la superóxido dismutasa o la glutatión peroxidasa.

En condiciones normales, los RL que generamos con el metabolismo, con el ejercicio, y ciertos niveles de contaminación, son mantenidos en niveles considerados como normales por el consumo de antioxidantes a través de vegetales y frutas, y por la síntesis de enzimas antioxidantes estimulada por el propio incremento de RL.


Resultado de imagen de deporte de fuerza
El deporte genera RL al tiempo que protege de ellos.
ANTIOXIDANTES Y DEPORTE

Parece lógico suponer que, al generar mayor cantidad de RL durante el ejercicio físico, el consumo de antioxidantes me protegerá de los efectos negativos de estos sobre las células. Paradójicamente el consumo de antioxidantes inhibe los efectos beneficiosos del ejercicio sobre la salud. El incremento de RL forma parte de las señales que estimulan dichos beneficios: efectos antiinflamatorios, antidiabéticos por incremento de la sensibilidad a la insulina, adaptación al ejercicio por biogénesis muscular, e incluso mejora en la contractibilidad y fuerza muscular. Al reducir los RL con los antioxidantes, se inhiben estas adaptaciones (estudio). También se inhibe la señal para incrementar los enzimas antioxidantes como la glutatión peroxidasa. La realización habitual de deporte incrementa nuestro potencial antioxidante y nos permite resistir mejor un ambiente oxidado.

Una excepción serían los casos de asma inducidos por ejercicio. En este caso, el uso de antioxidantes se asocia a una mejora en la función pulmonar en estos pacientes (estudio). El uso de vitamina C reduce la broncoconstricción inducida por ejercicio (estudio).

 ANTIOXIDANTES Y SALUD

Puesto que el exceso de RL está relacionado con la aparición de ciertas enfermedades, parecería lógico suplementar con altas dosis de antioxidantes para prevenir la aparición de dichas enfermedades. La mayor parte de estudios de intervención efectuados para comprobar dicho efecto no han demostrado ninguna utilidad. De hecho, en determinados grupos de individuos podrían incluso aumentar la mortalidad. Ambos hechos podemos leerlos en el siguiente estudio. Aunque no todos los estudios lo tienen tan claro, como este.

Así podríamos concluir que en condiciones normales y bajo una alimentación rica en vegetales y frutas no deberían ser necesarios los suplementos de vitaminas antioxidantes. La dieta debería proporcionar el nivel suficiente de antioxidantes naturales para frenar el inicio de patologías promovidas por el estrés oxidativo.

Resultado de imagen de fruta antioxidante
Bayas antioxidantes
A través de la evolución hemos llegado hasta aquí sin tomar altas dosis de antioxidantes. Nuestro metabolismo ha evolucionado con una cantidad determinada de antioxidantes presentes en la alimentación, marcando así un rango de necesidades diarias. Aunque también es cierto que las frutas y verduras de antaño contenían cantidades mayores de micronutrientes antioxidantes, no se puede comparar a las dosis elevadas que se presentan en suplementos.


Otro problema es el balance de nutrientes: elevar artificialmente un nutriente puede provocar carencia relativa de otro. Por ejemplo, la vitamina E se regenera a través de la vitamina C. Dosis elevadas de vitamina E pueden ser prooxidantes sino están balanceadas con otros nutrientes básicos, o el nivel de estrés oxidativo es bajo (detalle). El nivel de coenzima Q disminuye también con dosis altas de vitamina E.

Tampoco es lo mismo la vitamina E de síntesis (dl-alfa-tocoferol), que la natural (d-alfa-tocoferol). La primera presenta menor biodisponibilidad y actividad biológica. De hecho, existen 8 tipos distintos de vitamina E y es su contenido en alimentos lo que nos garantiza la presencia equilibrada de todas ellas.

Podemos decir que, en general, si no tienes síntomas que indiquen carencia, o necesidades aumentadas por algún acontecimiento concreto, no es aconsejable tomar altas dosis de vitaminas antioxidantes. Por el contrario, sí lo es aumentar su consumo a partir de frutas y verduras.

Estos acontecimientos concretos de los que hablo serian: tabaquismo, estrés, ambientes muy contaminados, presencia de enfermedades inflamatorias, o el uso de determinados fármacos. En estos casos se produce un aumento del estrés oxidativo.

En cuanto al uso crónico de fármacos hay que tener en cuenta que pueden afectar a la concentración de ciertos nutrientes. Centrándonos en vitaminas antioxidantes (o antioxidantes):
  1. Laxantes: vitaminas A, y E.
  2. Anticonceptivos: vitamina C.
  3. Orlistat: vitaminas A, E y coenzima Q.
  4. Antiinflamatorios: vitamina C.
  5. Estatinas: coenzima Q y seleproteinas (son antioxidantes).
  6. Furosemida: vitamina C….
Dejo para el siguiente post el uso de antioxidantes como tratamiento para el envejecimiento.




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