dimarts, 10 d’octubre del 2017

DIETA PALEO Y PATOLOGIAS II



En esta segunda parte sobre el uso de una dieta paleo para tratar o prevenir enfermedades (aquí podéis leer la primera), voy a hablaros de las enfermedades cardiovasculares y las autoinmunes.

Para conocer los principios de la dieta paleo puedes ir aquí.

ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR

A pesar de que se sigue hablando de la grasa y colesterol como factores de riesgo cardiovascular, cada vez hay más estudios que indican que no es así. El colesterol lo usamos para sintetizar sustancias importantes y, incluso tenemos un sistema de reabsorción del colesterol para no desperdiciarlo. No hacemos eso con sustancias “tóxicas”. Este estudio no muestra diferencias en riesgo cardiovascular por acciones sobre el contenido en la grasa dietética.

Pero si buscamos un culpable en la alimentación, se pone cada vez más de manifiesto, que sería el exceso de hidratos de carbono, principalmente azúcares simples, los que generarían este riesgo a sufrir enfermedades cardiovasculares. Estos provocarían niveles elevados i mantenidos de insulina que producirían inflamación sistémica de bajo grado. Esta inflamación es la verdadera culpable de generar enfermedad cardiovascular.

¿Qué otros agentes provocan inflamación sistémica de bajo grado?: obesidad, falta de ejercicio, exceso de radicales libres (oxidación), toxinas, infecciones, alcohol, tabaco, estrés, deficiencia en el consumo de ácidos grasos omega-3 con exceso de omega-6…

Azúcar,.Factor de riesgo cardiovascular!!

¿Cómo va a ayudarnos la dieta paleo?

Como vimos en anteriores posts sobre el tema, al eliminar los cereales y azúcares de la dieta, reducimos quizás el principal contribuyente a la inflamación crónica (exceso de insulina y resistencia a la misma) y por tanto, a la generación de arteriosclerosis que nos llevaría a la enfermedad cardiovascular.

En este estudio (a corto plazo)  el seguimiento de una dieta paleo provocaba, comparada con la dieta de base, una disminución de la presión arterial, de la glucosa con reducción de la secreción de insulina, aumento de la sensibilidad a la misma y reducción de los marcadores lipídicos. Sabemos que todo ello contribuye a reducir el riesgo cardiovascular.

Aunque suene paradójico, esta dieta puede tener un contenido alto de proteína animal, y niveles altos de grasa, y aún así no se produce incremento del riesgo cardiovascular. Este estudio lo relaciona con la baja ingesta de hidratos comparada con la dieta occidental típica.

Si bien es cierto que algunas tribus de cazadores recolectores consumen un porcentaje alto de hidratos sin presentar enfermedad cardiovascular, son hidratos de absorción lenta, ricos en fibra y buena densidad nutricional. Nada que ver con los hidratos refinados provenientes de cereales que abarrotan la dieta occidental. Así, por ejemplo, los kitava consumen un elevado porcentaje de hidratos, pero estos provienen de tubérculos como el ñame, el boniato, la yuca y la batata.

Los Kitava también consumen un elevado porcentaje de grasas saturadas sin que esto afecte a su salud negativamente (¿cómo? ¿qué? ¿saturadas? Venga, hombre !!). Este es otro punto sobre el que hemos vivido engañados muchos años creyendo que las grasas saturadas producían claramente enfermedad cardiovascular. Los últimos estudios al respecto no parecen indicar esta relación de una forma clara. Por ejemplo, si  sustituimos H. de carbono por grasas saturadas se mejora en distintos casos el coeficiente Col Total/HDL col. , que  es indicador de riesgo cardiovascular. Los Kitava consumen mucho aceite de coco que es rico en ácido láurico.

Efecto de distintos acidos grasos sobre coeficiente col.total/hdl

Como podemos observar, el ácido laurico (12:0) es el que más reduce el coeficiente, por tanto es el que más reduce el riesgo cardiovascular. El único que parece empeorar algo el coeficiente es el ácido palmítico (16:0). No olvidemos que en los alimentos hay una mezcla de ellos en diferentes proporciones.

En definitiva, que el problema es el conjunto de la dieta consumida, la procedencia del alimento (natural o procesado) y no un alimento o nutriente en concreto.

ENFERMEDADES AUTOINMUNES

Sindrome intestino permeable
Ya vimos aquí que la hiperpermeabilidad intestinal puede ser responsable de favorecer una enfermedad autoinmune. Ésta hiperpermeabilidad, lo que llamamos síndrome intestino permeable, se favorece por diversos motivos:
1. Medicamentos: antiinflamatorios, antibióticos, esteroides.
2.     Infecciones intestinales.
3.     Estrés crónico.
4.     Aditivos alimentarios como los polisorbatos.
5.     Alimentación: aquí sobresale el consumo de gluten.
Al eliminar los cereales de la dieta se elimina la presencia de gluten en ella, y por tanto su capacidad para provocar dicho síndrome.

A pesar de que la dieta paleo podría ayudar per sé en una enfermedad autoinmune, podríamos necesitar eliminar al principio algunos alimentos debido a que pueden provocarnos inflamación. La Dra. Sara Ballantyne introdujo el protocolo autoinmune (AIP). Este método global incluye pautas concretas de alimentación encaminadas a reducir la disbiosis (alteración de la microbiota), la permeabilidad intestinal, y la inflamación.

Así, en un inicio deberíamos eliminar de nuestra dieta: los cereales y pseudocereales, azúcar, lácteos y derivados, legumbres, huevos, alimentos procesados, nueces, semillas, café, chocolate, soja, y verduras de la familia de las solanáceas (berenjena, tomate, patata, pimiento). Eliminaremos el alcohol por su carácter irritante, y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, aspirina…).

Esta dieta debe mantenerse hasta mejoría de los síntomas y reducción de los autoanticuerpos en las analíticas. Esto puede durar des de un mes a varios meses (lo más habitual).

A partir de aquí se reintroducen los alimentos eliminados. Esta reintroducción se hace de uno en uno, incrementando poco a poco la cantidad de alimento y dejando unos días de observación antes de introducir un nuevo alimento. Es decir, aumento la dosis de la comida durante una semana, si no he tenido síntomas sé que podré comerlo, pero espero una semana para introducir el siguiente alimento.

La reacción a un alimento que no vamos a tolerar puede ser de cualquier tipo, pero eso no quiere decir que quizás no pueda introducirse más adelante, cuando hayamos mejorado más.

La Dra. Ballantyne nos da un orden de preferencia a la hora de introducir los alimentos, que es en el que se ha visto que hay menos probabilidad de rechazo. Aun así, también pueden introducirse según lo que te pida el cuerpo y la necesidad que sientas de comerlos.

Una vez reintroducidos los alimentos que nos sientan bien, podremos seguir con la dieta paleo normal.

Como puedes comprobar nada tiene que ver esta dieta, con la dieta que suelen recomendar en estamentos oficiales. Si no has mejorado con otros consejos: ¿no crees que es hora de probar?




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