dimarts, 16 d’octubre del 2018

PREVENCIÓN ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS (III)


Vamos a por la tercera y última parte de estos post dedicados a la prevención i/o tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas. Podéis leer las dos primeras aquí y aquí.

En esta ocasión vamos a hablar del ejercicio y algunos suplementos que pueden sernos útiles para dicha prevención. 

EJERCICIO

No se trata tanto de "ejercicio mental", que también, como de ejercicio físico. Vamos a describir los beneficios de ambos para prevenir la enfermedad neurodegenrativa.

EJERCICIO FÍSICO

Ya he mencionado en alguna ocasión que el ejercicio físico es un profundo estimulador de la síntesis del "Factor neurotrófico derivado del cerebro" (de las siglas en ingles BDNF). Esta es una proteína perteneciente al grupo de las neurotrofinas, que actúa como factor de crecimiento neuronal que favorece  la formación de la memoria, el aprendizaje, la plasticidad sináptica y la conectividad neuronal. En definitiva, ayuda a mantener las funciones cognitivas del individuo. Por lo tanto, mantener unos niveles normales en el tiempo va a prevenirnos la degeneración neuronal asociada a la edad y a la enfermedad.

Un nivel bajo de BDNF se ha relacionado, entre otros, con trastornos como depresión Alzheimer, enfermedad de Huntington, trastorno obsesivo-compulsivo, y tendencia al suicidio. Como siempre, queda esclarecer si los niveles bajos de BDNF son causa o consecuencia de estos trastornos.

La edad es un estado mental. Muévete!!
Tanto el ejercicio aeróbico como el de fuerza han demostrado incrementar los niveles de BDNF, que se mantendrian incrementados mientras se mantiene la practica deportiva en el tiempo. En este caso, hay más estudios que relacionan el incremento del BDNF con el ejercicio aeróbico. Aún así, hay que considerar que el ejercicio de fuerza aumenta el nivel de hormona de crecimiento, esta aumenta el IGF-1 y este el BDNF (estudio), así que también nos sirve para nuestro objetivo. Estos incrementos de BDNF se relacionan con las mejoras cognitivas obtenidas en los practicantes de ejercicio de manera habitual.

Por ejemplo, este estudio realizado en pacientes de Alzheimer con demencia leve demostró que los pacientes que realizaron ejercicio aeróbico durante 16 semanas, mejoraron su capacidad cognitiva.

EJERCICIO MENTAL

Ejercitar tu cerebro consiste en  ponerle retos intelectuales que te impliquen una cierta dificultad de pensamiento, que le hagan salir de su zona de confort. Del mismo modo que levantar siempre el mismo peso, y el mismo numero de veces, hará que tus músculos puedan hacerlo cada vez con mayor facilidad sin estimular su crecimiento, mantener un trabajo mental siempre igual hará que tu cerebro no consiga conexiones nuevas.
Hay que ejercitar el cerebro para
evitar que entre "en parada"

Podemos realizar distintas actividades que van a mantener nuestro cerebro activo aumentando así su plasticidad, su capacidad de aprendizaje y la conservación de la memoria.

Uno de los mejores ejercicios mentales que podemos hacer es estudiar idiomas. Se ha visto que las personas bilingües tienen más materia gris que las monolingües y además tienen más desarrolladas las zonas cerebrales implicadas con el razonamiento, la memoria y la planificación. 

Como curiosidad: la capacidad de aprendizaje de idiomas reside en el hemisferio izquierdo del cerebro en una zona llamada fascículo arqueado. Es un haz de fibras nerviosas que conecta la región auditiva del lóbulo temporal con la motora del lóbulo frontal. Según sean estas conexiones se condiciona la capacidad de aprender nuevas palabras. En un estudio se vio que cuánto más mielinizado está este haz de fibras, más fácil resulta aprender nuevas palabras (detalle). Así que si se te resiste el inglés ya sabes a quien culpar...

Otra actividad recomendada seria la lectura habitual. Esta estimula zonas cerebrales relacionadas con la resolución de conflictos o con la interpretación del habla. 

Realizar tareas mentales específicas para determinadas áreas cognitivas (memoria, atención, organización y planificación) provoca mejoras en dichas áreas que pueden mantenerse durante años, retrasando la aparición de trastornos de la memoria. De ahí el sin fin de aplicaciones de móvil o juegos de ordenador para ejercitar las distintas facetas de la cognición.

En el fondo, la calidad de vida de una persona mayor estará ligada a su capacidad para mantener las actividades instrumentales de la vida diaria, entre las cuales encontramos: movilidad, uso del transporte público, elaboración de la propia comida, realización de las tareas domésticas, manejo económico, manejo de la medicación...Evidentemente esto se podrá mantener cuando mantenemos nuestras facultades cognitivas en general. En este articulo podemos leer que se obtuvieron mejoras significativas en dichas actividades instrumentales solo en aquellos individuos que recibieron entrenamiento en "razonamiento inductivo". Ni los que recibieron entrenamiento en memoria, ni los que lo hicieron en velocidad de procesamiento mejoraron en dichas actividades.

¿Podemos usar suplementos para prevenir este tipo de enfermedades?

Vaya por delante que no hay nada tan efectivo como todas las acciones mencionadas en los tres post para prevenir las enfermedades neurodegenerativas. De hecho, ningún suplemento podrá sustituir a dichas acciones y en todo caso será un complemento a ellas. Deberíamos entender que una pastilla no va a mejorar cualidades que dependen de nuestro comportamiento y del entorno en el que vivimos. Tendemos a buscar la manera de no tener que esforzarnos en cambiar nuestros hábitos. Un grave error!! 

El primer suplemento a tener en cuenta seria cubrir correctamente las necesidades diarias de nutrientes como vitaminas, minerales y antioxidantes. Así, por ejemplo, en este estudio podemos observar la capacidad preventiva del uso de Zinc y la carnosina sobre las enfermedades neurodegenerativas. 

Por otro lado, el exceso de algunos minerales también puede contribuir a generar este tipo de enfermedades. Sirva de ejemplo el Hierro y esa manía generalizada de suplementar en dicho mineral sin tener constancia analítica de un déficit (estudio). El exceso de Hierro favorece el depósito de fibras beta-amiloides en el cerebro. El uso de queladores de hierro como el ácido lipoico pueden aliviar los síntomas del Alzheimer.

Ginkgo biloba


En este trabajo podemos encontrar algunos de los suplementos que pueden usarse para mejorar las capacidades cognitivas. Encontramos el Ginkgo biloba, que aqumenta el riego a nivel cerebral y parece haber demostrado cierta capacidad en mantener capacidades cognitivas. Vigilar su uso en pacientes con riesgo de sangrado, y los que toman ácido Valproico ya que este se metabolizará más rápido. Los polifenoles del té verde por su efecto antiinflamatorio y antioxidante (metaanalisis). Otra posibilidad seria el uso de fosfolípidos. Estos forman parte de las membranas celulares de las neuronas. Las principales: fosfatidilcolina y fosfatidilserina. Ricas en ellas encontramos los suplementos de lecitina de soja. Un suplemento de fosfatidilserina con acidos grasos omega-3 mejoró el estado cognitivo en ancianos con problemas de memoria (estudio).

Para los cafeteros y chocolateros una alegría: su consumo promueve la salud cerebral y reduce el riesgo de enfermedad neurodegenerativa (estudio).





dilluns, 1 d’octubre del 2018

PREVENCIÓN ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS (II)


En la primera parte de este post (aquí) hablamos de la dieta como método preventivo e incluso de tratamiento para enfermedades neurodegenerativas. Hoy hablaremos de otras acciones que nos van a permitir dicha prevención i/o tratamiento. 

MICROBIOTA:

Como sabeis existe una relación directa entre nuestro microbioma y nuestro cerebro a través del denominado "eje-microbiota-intestino-cerebro", de forma que se establece un diálogo entre los tres "tejidos" a través de vías neuronales, endocrinas, metabólicas y inmunes.

Una correcta adquisición de la microbiota durante los primeros años de vida (especialmente durante el parto y la lactancia) contribuirá a un correcto funcionamiento del sistema inmunitario del individuo. La disminución de dicha carga microbiana o la instauración de una microbiota no "natural" influirá en la aparición de enfermedades inflamatorias como el asma o la diabetis. Esta adquisición de una microbiota correcta es clave para el entreno del sistema inmunitario y el reconocimiento de lo propio. Por eso no hay que obsesionarse con la higiene. Los niños más "sucios" tienen menos patologías de tipo alérgicas o autoinmunitarias. 

Una alteración de la microbiota (disbiosis intestinal) junto con un incremento de la permeabilidad intestinal puede producir inflamación sistémica y del sistema nervioso central, favoreciendo la aparición de enfermedades a este nivel. Por eso es importante mantener una microbiota adecuada des de la más tierna infancia, como comentaba en el párrafo anterior.

La presencia de bacterias patógenas también se relaciona con inflamación y pueden favorecer las enfermedades neurodegenerativas. Los lipopolisacáridos (lps) bacterianos  son moléculas que se hayan en sus membranas y que pueden provocar una respuesta inflamatoria a nivel intestinal y sistémico.


Helicobacter pylori
Por ejemplo, se ha visto que los tratamientos de erradicación de Helicobacter pylori pueden contribuir a la enfermedad de Parkinson (EP) (estudio). Lo que no queda claro es si el problema seria la bacteria o su tratamiento, aunque en este otro estudio, la presencia de la bacteria se asocia con peores síntomas de la enfermedad.


Además, la presencia de Helicobacter pylori en pacientes con EP reduce la efectividad de su tratamiento, al interferir con la absorción de la L-dopa. 


La presencia de sobrececimiento bacteriano en el intestino delgado de los pacientes contribuye a que estos estén más horas diarias en estado "off" (inactividad y episodios de "no comienzo"). Así, se ha observado que puede haber un exceso de la familia Enterobacteriaceae en estos pacientes. Esta comprende un elevado numero de géneros, de los cuales algunos son componentes normales del intestino y otros son patógenos (como la salmonella). La abundancia de esta familia está relacionada con un elevado grado de inestabilidad postural y de dificultad en la marcha. También se ha encontrado una reducción en la famila Prevotellaceae. Ahora el problema radica en saber si esos cambios microbianos son anteriores o posteriores a los efectos observados. Es decir, si son causa o efecto.


Esto nos lleva a pensar que un antibiótico podría reducir las Enterobacterias y mejorar el cuadro en estos pacientes. Se ha comprobado en estudios con ratones que es así, pero por otro mecanismo que no tiene que ver con la reducción de bacterias. Se ha visto en estos estudios con ratones que bajas dosis de Doxiciclina ralentizan la progresión de la enfermedad ya que se reduce el plegamiento de una proteína llamada alfa-sinucleína. Esta proteína debe ser soluble, pero en exceso se pliega formando fibras que se acumulan a nivel nervioso provocando muerte neuronal (detalle) y con ello la enfermedad. Otro antibiótico, la Rifampicina, utilizado para la Lepra, ha demostrado reducir la posibilidad de que los pacientes que la toman desarrollen EP. En este caso, parece prevenir la multiplicación anormal del gen de la alfa-sinucleína y por lo tanto, la acumulación de la proteína y su plegamiento en fibrillas. 


Estructura química de la Rifampicina

También se ha relacionado la microbiota con la enfermedad de Alzehimer (EA) a través de los cambios metabólicos que se inducen por una disbiosis intestinal (alteración en el número y tipo de bacterias intestinales) a través de los amiloides (proteina que se haya en exceso en esta enfermedad) que pueden secretar las bacterias intestinales (estudio)

Se ha llamado a la EA dibetes tipo III puesto que las alteraciones en el comportamiento normal de la hormona a este nivel, genera una serie de síntomas que pueden relacionar-se con la EA. De hecho, las personas diabéticas sin EA presentan durante la vejez un deterioro cognitivo  mayor que en individuos sin diabetes de la misma edad. Un motivo más para cuidar la microbiota, ya que esta también guarda relación con dicha patología. Se ha visto que el trasplante de materia fecal de un individuo sano a uno con síndrome metabólico normaliza los niveles y la resisténcia insulínica de éste, mostrando la relación entre dicho trastorno y la microbiota.


Todas estas hipótesis se ven reforzadas por estudios en animales donde se ha encontrado que:


  • Un modelo de ratón con EA ve corregido sus problemas de memoria con un suplemento probiótico.
  • A un modelo de primates se les suministró inyecciones estomacales de una proteína asociada a la EA. Los animales presentaron signos de la enfermedad en su cerebro, lo que demuestra que la la patología podría provocarse por una proteína procedente del intestino.
Otra relación se establece entre microbiota, alimentación y esclerosis múltiple. En estudios en ratones se observó que cuando ciertos metabolitos del triptófano generados por la flora intestinal llegan al cerebro, los astrocitos (células del cerebro) generan un efecto antiinflamatorio. Los pacientes con EM presentan niveles bajos en sangre de estos metabolitos. Así pues, una alteración de la flora que afecte a su síntesis, una disminución en el consumo de triptófano, o un problema con el transporte de dichos metabolitos, podrían favorecer la aparición de la EM en individuos predispuestos.

Comentar que también existe relación entre enfermedades psiquiátricas y la microbiota intestinal. Pero de eso quizás hable otro día.


Parece claro que tenemos que mantener una microbiota saludable para prevenir problemas neurológicos, pero, ¿cómo mejoramos la microbiota? Para esto os remito a mi post sobre el tema (aquí).


Os dejo para el próximo post el efecto del ejercicio y de los suplementos en la prevención y/o tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas.