dimarts, 29 de gener del 2019

VACUNAS SI, VACUNAS NO?



Este es un tema que siempre genera controversia puesto que las dos posiciones encontradas son radicalmente opuestas: el que cree que hay que vacunarse de todo y el que cree que no hay que vacunarse de nada (a los que se les llama antivacunas). 

La cuestión es que hay otro grupo, en el que me incluyo, que creemos que algunas vacunas son necesarias, y otras no. ¿Por qué? Simplemente porque con el tiempo, los estudios han llegado a conclusiones que contradicen lo que inicialmente contaban los laboratorios en cuanto a la reducción de morbilidad o mortalidad. Pero parece ser que dichos estudios no sirven para convencer a los "escépticos", y todo aquel que no acepte, o critique alguna de las vacunas, es catalogado como un antivacunas o un irresponsable pseudocientífico.

Puesto que no soy ningún experto en vacunas, ni lo pretendo, me gustaría enfocar el post simplemente a reflexiones, y a dejar unas cuantas preguntas abiertas para que cada uno reflexione y saque sus propias conclusiones. 

SOBRE EL SISTEMA INMUNITARIO

Durante nuestro periodo evolutivo hemos estado en contacto con diferentes microorganismos, evidentemente algunos patógenos y otros no. Sabemos que contamos con una amplia microbiota, formada por bacterias, virus, hongos y arquetas, que invade nuestras mucosas y nuestra piel. Nuestro sistema inmunitario no solo les permite residir aquí, sino que su presencia des del momento de nuestra concepción, es necesaria para un correcto funcionamiento del mismo. 

La evolución nos ha proporcionado  diferentes mecanismos de defensa:

Disponemos de un sistema de defensa innato (detalle), uno adquirido (detalle) y una barrera física (piel, moco, ácido estomacal...) que  nos mantienen en salud. A pesar de ello, en ciertas ocasiones enfermamos por infecciones ya que consiguen superar estas barreras, ya sea por la cantidad de microorganismos que penetran, o por una reducción de algunos de los sistemas de defensa. En general hemos ido aumentando nuestra resistencia a las infecciones a lo largo de los siglos gracias a las mejoras higiénico-sanitarias, incluso antes de que existieran las vacunas. Así, por ejemplo, los casos de muerte por tuberculosis fueron reduciéndose en el tiempo hasta la introducción de la medicación tuberculostática.

Bacteria de la tuberculosis
Pasar una infección genera un incremento del sistema inmunitario adquirido con formación de anticuerpos y síntesis de glóbulos blancos  (linfocitos B activados y linfocitos T sensibilizados). Si uno vuelve a estar en contacto con la misma infección, el organismo podrá combatirla con efectividad gracias a los mecanismos generados con la primo infección.

Pues bien, en eso se basa la administración de vacunas: generar defensas adquiridas contra una determinada enfermedad infecciosa. 

El problema es que administrar la vacuna también puede generar problemas de salud, que en algunos casos no son tan simples como "hinchazón en la zona de inyección". Por ejemplo, en una vacuna como la de la gripe, que es una enfermedad en general banal, podemos leer aquí

 “La vacuna de la gripe puede producir: reacción local intensa (dolor, enrojecimiento, inflamación, equimosis, induración), fiebre, cefalea, sudoración, mialgia, artralgia, escalofríos, convulsiones, urticaria, anafilaxia, vasculitis, trombocitopenia, linfadenopatías, angioedema, parestesias, parálisis de Bell (facial), síndrome de Guillain-Barré, alteraciones desmielinizantes, neuritis, narcolepsia, encefalomielitis y otros efectos adversos. Además, da falsos positivos en la prueba del SIDA.” 

Si además consideramos que hay estudios que no encuentran ningún beneficio respecto a la morbilidad o mortalidad por gripe con su administración, ¿que pasa con el beneficio/riesgo?

En este post podemos leer sobre que vacuna es, o no, útil. En él se dan los enlaces a los estudios que justifican dichas afirmaciones de utilidad.

Como he dicho al principio yo quería hacer reflexiones:

1. La mayoría de vacunas se dan vía inyección intramuscular. ¿Simula esto una infección, y por tanto la generación de la misma respuesta que la infección natural? Pues no generan la misma respuesta ya que, por ejemplo, una primoinfección natural genera inmunoglobulinas A a nivel de mucosa. Una primoinfección natural puede dejar inmunidad de por vida, y una vacuna necesita dosis de recuerdo. Esto sucede, por ejemplo, con la vacuna de la varicela. Pasar la varicela deja inmunidad de por vida, mientras que no es así con la vacuna (detalle). En este mismo escrito podemos leer:

Virus Varicela-Zoster

"La vacuna de la varicela "daña al rebaño", a  quienes no se vacunan, y a largo plazo 
probablemente también a los que se 
vacunan (si la protecciónse desvanece 
y la varicela clínica se presenta en edades no infantiles)."

Y aún sobre la vía de entrada, ¿No será en parte responsable de los efectos adversos que se generan con las vacunas? 

2. A parte de hablar de los beneficios que suponen las vacunas, ¿porqué no oímos nunca hablar del Síndrome ASIA provocado por los adyuvantes de las vacunas? (estudio). Yo no lo conocía hasta que busqué información para escribir este post. 

3. Cuando tenemos una reacción horas-días después de la toma de un medicamento,  y se repite al ingerirlo de nuevo, es fácil asociarla a él y eliminar su administración. El problema es asociarlo cuando ese efecto se da con una latencia de tres-semanas a años como puede ocurrir con el síndrome ASIA asociado a vacunas (detalle)

4. ¿No estaremos alterando los ecosistemas naturales favoreciendo la aparición de especies más agresivas? Sabemos que dentro de los virus tenemos distintas cepas con distinto nivel de patogenicidad. Cuando inoculamos vacunas que afectan a la progresión de determinadas cepas, estamos alterando el equilibrio que mantenían con las otras, de forma que alguna de ellas podría desarrollarse con mayor virulencia al no estar sometida a control por el resto. Esto podemos observarlo, por ejemplo, con la toma de antibióticos. La alteración del equilibrio en la microbiota puede favorecer la aparición de infección por hongos (que normalmente ya se encuentran en el intestino) o la aparición de una infección grave por Clostridium dificile al no encontrar competencia.

5. Cada vez que se da un brote de alguna enfermedad para la que existe vacuna se culpabiliza a los "antivacunas". Cuando se estudia el asunto más detalladamente resulta que eran no vacunados por motivos económicos (1.800 casos de sarampión en Sevilla), eran vacunados sobre los que no había actuado la vacuna (puede darse en la tos ferina, que presenta menos inmunidad, y hay cepas resistentes a ella), o era un problema propio de la vacuna: los enfermos por virus tipo 2 de la poliomielitis son causados por reactivación del virus atenuado que porta la propia vacuna (detalle). O en un brote por sarampión encontramos que la mitad de los afectados  están bien vacunados (articulo).

6. Que una vacuna aumente los anticuerpos frente a una enfermedad no significa necesariamente que esté evitando dicha enfermedad. En los estudios sobre el uso de la vacuna debe demostrarse dicha prevención. En el caso de la bexsero, tenemos en su propia ficha técnica:


 "La eficacia clínica de Bexsero no se ha evaluado mediante ensayos clínicos. La eficacia de la vacuna se ha deducido demostrando la inducción de respuestas de anticuerpos bactericidas en suero a cada uno de los antígenos de la vacuna (ver sección de Inmunogenicidad)." (Detalle)  

Es decir, que la vacuna se empezó a usar sin haber demostrado su eficacia, pero con demostrados efectos secundarios graves como la "enfermedad de Kawasaki". En diciembre de 2016 aparece el primer estudio en Reino Unido sobre su eficacia (estudio). Dos de los autores presentaban conflictos de interés...


Calendario vacunal 2017
7. Aunque se busca la manera de eliminar el mercurio (Tiomersal) como coadyuvante en las vacunas, se sigue usando en muchas de ellas. A pesar que la dosis usada en una vacuna se considera no tóxica, hay que considerar el numero de vacunas que se reciben. Teniendo en cuenta que es neurotóxico ¿Seguro que no produce ningún problema? (estudio) 

En definitiva, podríamos decir que:

a. En general el uso de algunas vacunas ofrece más beneficios que riesgos.

b. Ni todas las vacunas son necesarias como pretenden algunos, ni todas son prescindibles como pretenden otros.