TIROIDITIS Y MEDICINA NATURAL (II)

Hace unos días hablé de la principal causa de hipotiroidismo (tiroiditis de Hashimoto). Vimos sus generalidades, qué factores afectaban a la síntesis y conversión de las hormonas, y hoy toca hablar de su tratamiento con medicina natural. Para poder entender el porqué del tratamiento propuesto, te aconsejo leer  la primera parte.

Como ya he dicho en repetidas ocasiones, las enfermedades autoinmunes se presentan generalmente con hiperpermeabilidad intestinal. Esta permite el paso de sustancias a través del intestino que alteran el sistema inmunitario. Dado que el gluten es considerado el primer inductor de inflamación intestinal, haremos una dieta exenta de gluten. Los pacientes con tiroiditis autoinmune que presentan enfermedad celíaca sin síntomas intestinales se encuentran con una prevalencia un 10% superior a la encontrada en la población general (estudio). Apartar los cereales de nuestra dieta ya es probable que nos provoque una mejora en el nivel de anticuerpos y, por tanto, en la enfermedad.

En cuanto a los lácteos, es recomendable dejarlos en enfermedades autoinmunes ya que también provocan hiperpermeabilidad intestinal, pero imprescindible cuando hay intolerancia a la lactosa, ya que al eliminarla de la dieta se reducen los niveles de la hormona TSH (estudio).

Comprobaremos los niveles de vitamina D ya que se suelen encontrar bajos en enfermedades autoinmunes. La mayoría de pacientes presentan niveles bajos de vitamina D y relacionados con los niveles de anticuerpos anti TPO.  Al aumentar los niveles de vitamina D, se reducen los de los anticuerpos (estudio).

En las enfermedades autoinmunes hay un desequilibrio en el sistema inmunitario de forma que se altera el cociente entre los linfocitos Th1 / Th2. Dependiendo de cómo se altere este cociente utilizaremos diferentes sustancias para equilibrarlos. En la mayoría de casos encontraremos un aumento de los Th1, por lo que o disminuiremos éstos, o aumentaremos los Th2 (es lo que hace, por ejemplo, la vitamina D).

Limfòcito T

Uno de los problemas en la tiroiditis es que puede reducirse la conversión de la hormona T4 a T3 que es la biológicamente activa, o estar inactivada. Así, puede haber una disbiosis (alteración de la microbiota intestinal) que aumente los niveles de estrógenos por lo que se bloquea la acción de la T3. Los estrógenos se eliminan vía hígado por un proceso llamado de glucoronización, donde se unen a una molécula de ácido glucurónico formando una sal que se elimina por las heces. Hay bacterias que presentan una enzima llamada b-glucoronidasa que rompe el enlace entre el glucorónico y el estrógeno, liberando este, que se volverá a absorber aumentando los niveles en sangre.

El Calcio-D-Glucorato es una sustancia presente en algunas frutas y verduras como manzanas o brócoli, que tiene la capacidad de inhibir esta enzima bacteriana, evitando que se libere el estrógeno. Puede tomarse en forma de suplemento ayudando a eliminar sustancias como metales pesados, nicotina, paracetamol o AINEs entre otros. Además, los niveles altos de estrógenos provocan un aumento de la proteína transportadora de cortisol produciendo una reducción de los niveles activos de esta hormona que, como veremos a continuación, afecta a la entrada de T3 en la célula.

Nueces del Brasil (ricas en selenio)

Los niveles bajos de selenio también están relacionados con una baja conversión de T4 a T3 (estudio) y su suplementación reduce los niveles de anticuerpos anti-TPO (estudio). Por tanto, será conveniente suplementar con este elemento con un mínimo 200 microgramos / día. El selenio nos evitará también que se forme mucha T3 reversa, que ya vimos que no sólo no es activa, sino que dificulta la acción de la T3.

Otro elemento a tener en cuenta es el manganeso que también se ha encontrado más bajo en pacientes con hipotiroidismo (estudio). 

El uso del Yodo para aumentar la síntesis de hormona tiroidea no debe hacerse hasta que el nivel de anticuerpos disminuya. Si lo hiciéramos antes, estimularíamos la secreción de TSH por parte de la hipófisis empeorando el cuadro.

Un bajo nivel de la molécula antioxidante glutatión (estudio), reduce la conversión de T4 a T3. Para la síntesis de glutatión se necesitan tres aminoácidos: glutamina, glicina y cisteína. Este último puede ser el sustrato limitante, pero se puede obtener por síntesis a partir de la metionina. El tabaco, el alcohol y el ejercicio extenuante agotan los niveles de glutatión.

¿Cómo aumentamos el glutatión?

Una manera es a través del ejercicio físico (estudio). La restricción en el consumo del aminoácido metionina, a pesar de ser precursor de la cisteína, hace aumentar los niveles de glutatión. Así, reduciremos el consumo de proteína en forma de músculo (rica en metionina) y aumentaremos otras fuentes como las vísceras, huesos y cartílagos, y moluscos. De hecho, la restricción de metionina parece disminuir la producción de radicales libres a nivel mitocondrial y aumentar la longevidad. El consumo de N-acetilcisteína aumenta los niveles celulares de glutatión reducido (estudio). También la silimarina del Cardo Mariano. Necesitamos además vitamina B6, B12, Zinc, y magnesio para una buena formación de glutatión.

Otro elemento que interviene en la conversión de T4 a t3 es el hierro, que al mismo tiempo transporta la T3 a las células. Si los niveles son bajos o lo son los de ferritina, administraremos un suplemento de hierro. Lo haremos con dosis bajas ya que el hierro es un oxidante.

Finalmente valoramos cómo funcionan las glándulas suprarrenales, ya que la alteración de los niveles de cortisol en sangre, afectarán al funcionamiento de la glándula tiroides. El cortisol ayuda a introducir la T3 en la célula. Si los niveles de cortisol son demasiado bajos (o demasiado elevados) podemos sufrir síntomas de hipotiroidismo, aunque el problema no se encuentre en un mal funcionamiento del tiroides. En este caso, las analíticas darían un nivel normal de TSH. 

Así, evitaremos aquellas acciones que provoquen un exceso de estrés sobre las glándulas supraadrenales para evitar el aumento de cortisol, o que acaben reduciendo su producción: poco descanso nocturno, exposición a luz artificial durante la noche, exceso de estimulantes como el café, estrés por motivos laborales o personales, o dieta pobre en nutrientes y rica en procesados ​​entre otros.