dimarts, 20 d’octubre del 2015

DIABETIS TIPO II Y MEDICINA NATURAL


En la diabetes tipo II se va perdiendo la capacidad de metabolizar la glucosa correctamente, y esta se incrementa en sangre de forma silente pero continua. Esto con el tiempo lleva a problemas macro y microvasculares por glicosilación, es decir, por unión de la glucosa a diferentes proteínas, como pueden ser las del colágeno de los vasos sanguíneos, en las que interfiere en su normal funcionamiento.

El principal desencadenante de este incremento de glucosa es la pérdida de sensibilidad a la acción de la insulina por parte de las células de diferentes tejidos; como el muscular. En un primer momento, el aumento constante de los niveles de insulina por exceso de hidratos o por consumo continuado (5 o 6 omidas al día), crea intolerancia a la propia insulina, que a su vez aumentará los niveles de glucosa en sangre generando más secreción de insulina y creando un círculo vicioso.

Al ir forzando el páncreas a segregar más insulina, llegará un momento en que este se agotará y se tendrá que administrar insulina por vía exógena mediante inyecciones. Habremos llegado a un punto prácticamente irreversible, o a un punto donde dar la vuelta atrás será más complicado.

Soy de la opinión de que los medicamentos que provocan un incremento en la secreción de insulina (sulfonilureas), no deberían darse ya que provocarán un agotamiento más rápido del páncreas al estimularlo constantemente. Además, presentan el inconveniente de provocar hipoglucemia grave como efecto secundario. Sin embargo, los estudios parecen indicar que el páncreas acabará agotándose de todas formas siempre que la glucosa en ayunas exceda de un cierto valor. Al principio puede que me funcione incrementar el nivel de insulina, pero el problema radica en otro punto, como es la falta de sensibilidad a ella en diferentes tejidos. Hay que incrementar esta sensibilidad para reducir los niveles de insulina, y/o reducir los niveles de insulina para aumentar la sensibilidad.



Obesidad abdominal

A pesar de que la obesidad se considera el principal factor desencadenante de este tipo de diabetes, y que la pérdida de peso mejora el cuadro, también encontramos un porcentaje alto de personas sin sobrepeso con diabetes tipo II.

La obesidad abdominal es factor de riesgo para padecer enfermedades metabólicas como la diabetes. Así, tener un peso adecuado pero con grasa abdominal, favorecerá la diabetes tanto como la obesidad.

Hay que buscar explicaciones de su aparición en la genética, y factores externos como el tipo de alimentación, demasiado rica en hidratos de carbono. De hecho, la restricción de hidratos de carbono en la dieta ha demostrado en estudios científicos bajar los niveles de azúcar hasta el punto de poder reducir la medicación o no necesitarla. Incluso permite reducir la dosis de insulina en la diabetes tipo I.


Una muestra de la importancia de una microbiota intestinal saludable, es que la disbiosis (alteración de la microbiota) ha sido también encontrada en la patogénesis de la diabetes. Como podemos leer aquí, los pacientes con diabetes tipo II tienen una microbiota total reducida en Fermicutes, presentan más bacterias patógenas, y tienen menos bacterias productoras de butirato (molécula especialmente importante para la salud).


Atendiendo a la alimentación nos encontramos, según el Dr. Seignalet, ante una enfermedad por ensuciamiento. Los residuos de los alimentos podrían afectar tanto a las células beta del páncreas como a las células diana para la insulina, impidiendo su normal funcionamiento.


Para controlar la enfermedad se deberán cambiar los hábitos higiénico-dietéticos. Evitaremos los cereales con gluten, por su efecto inflamatorio intestinal y por su alto contenido en hidratos de carbono. Si bien en este trabajo se menciona que una dieta con nivel bajo de gluten aumenta el riesgo de diabetes tipo II, se trata de un trabajo observacional, que no implica necesariamente causalidad. Por otro lado, si a un diabetico tipo II se le elimina el gluten de la dieta (dieta paleolítica, por ejemplo), se provocan mejoras de los marcadores metabólicos y glucémicos (estudio), al tiempo que mejora la tolerancia  a la glucosa (estudio)

Por tanto, reduciremos el contenido de hidratos de carbono de la dieta, que deberán ser principalmente procedentes de vegetales y alguna que otra fruta. Estos nos aportarán también fibra para ralentizar la absorción del azúcar. Reduciremos al máximo los hidratos de índice glicémico elevado y preferiblemente los eliminaremos de la dieta. Es tan importante reducir los hidratos para su tratamiento, que el riesgo cardiovascular mejora incluso en ausencia de pérdida de peso (estudio). También, el aumento de proteínas a expensas de los hidratos de carbono provocarán mejoras en estos pacientes  (estudio).


Trigo (contenido alto en gluten)

Respecto a la comida podemos tener en cuenta los ritmos circadianos y la "crononutrición", de manera que nos permitan un mejor control glucémico. Diferentes estudios han demostrado una mejor sensibilidad a la insulina en las horas de sol respecto a las nocturnas, de modo que será en estas donde incluiremos la ingesta principal de hidratos. En este estudio se comentan diversas estrategias a seguir para reducir la glucemia postpandrial teniendo en cuenta los ritmos circadianos, o el orden de la comida.

La realización de ejercicio físico (preferentemente de fuerza), aumentará los niveles de la proteína transportadora de glucosa GLUT4 mejorando la sensibilidad a la insulina a nivel muscular. Aunque no mejora la sensibilidad en todos los diabéticos, sí ayuda a prevenirla en todos los individuos. Además, el ejercicio provoca cambios en la morfología muscular y en la densidad capilar que hacen las fibras musculares más sensibles a la insulina (estudio).

El trabajo por intervalos, el llamado HIIT, provoca mejoras superiores a las que provoca el ejercicio aeróbico típico de mantener un ritmo bajo al largo tiempo (el famoso jogging). Como podemos leer aquí el ejercicio que combina sesiones cortas de intervalos intensos con intervalos suaves, mejoraba de manera eficaz la resistencia a la insulina.


Hay que considerar que las alteraciones del metabolismo que presentan los pacientes con diabetes generan estrés oxidativo, de tal manera que es importante suministrar cantidades adecuadas de antioxidantes, de vitaminas y de minerales que intervienen en los procesos antioxidantes y de regulación del metabolismo de los hidratos de carbono y lípidos.


Es relevante incorporar prebióticos a la dieta ya que se ha visto que mejoran la resistencia a la insulina y ayudan con la pérdida de peso (estudio).


Hace un tiempo se creía que era necesaria la realización de 5 comidas al día para distribuir los hidratos de carbono.  Estudios realizados con musulmanes con diabetes tipo II durante la época del Ramadán , demuestran que el hecho de concentrar la comida por la noche, provoca mejoras en el control de la glucosa e incluso en factores que indican riesgo cardiovascular, con una baja incidencia de hipoglucemias (estudio).


Antiguamente se sustituía la glucosa por fructosa para hacer productos para diabéticos, ya que ésta provoca incrementos de glucosa más lentos en sangre. Pero se ha visto que esto es perjudicial ya que promueve la resistencia a la insulina y acelera los problemas derivados de una glucosa alta en sangre.


Un consejo: no os fiéis de tener unos niveles en ayunas casi normales para descartar problemas con la glucosa. El problema es la insulinoresistencia, y ésta ya está bien establecida cuando se alteran los niveles de glucosa en ayunas. S
ería preferible hacerse la prueba dos horas después de comer. La glucosa debería volver a niveles normales (por debajo de 120) en este tiempo. Aún así, también podria haber niveles altos de insulina para conseguirlo, que son la antesala de la resistencia a la insulina.

Tampoco es muy de fiar la famosa curva de tolerancia oral a la glucosa. En ella se miden los niveles de glucosa durante cierto tiempo después de una dosis oral de glucosa. El problema es que podemos dar un resultado normal a expensas de que nuestro páncreas a secretado una cantidad alta de insulina. Es decir, tenemos hiperinsulinemia debido a baja sensibilidad a la insulina, que no es normal, pero la prueba nos dice que tenemos una tolerancia normal a la glucosa. 

¿Entonces? Una mejor aproximación nos la da la hemoglobina glicosilada, que nos habla de cuan altos han estado los niveles de glucosa en el tiempo. La confirmación de que no hay resistencia a la insulina nos la da la medición de los niveles de esta durante una prueba de tolerancia oral a la glucosa (cosa que normalmente no se hace).


Molécula de glucosa
Hay que controlar los niveles de lípidos ya que la diabetes incrementa el riesgo cardiovascular. Entre las mediciones a realizar, cabe destacar la lipoproteína-a que, además de ser factor de riesgo cardiovascular independiente, puede dar insuficiencia renal leve en afectados de diabetes tipo II (estudio),  y de forma independiente puede afectar al nivel de resistencia a la insulina.

¿Cómo podemos mejorarla?


Aparte de lo comentado anteriormente (que sería lo principal a realizar), para controlar los niveles de glucosa:


FITOTERAPIA:


Gymnema sylvestre: actúa regenerando células beta del páncreas productoras de insulina (también mejoraría el control en diabetes tipo I, necesitando menos insulina). Además reduce la absorción de glucosa.


Corteza de Canela: además de reducir los niveles de glucosa, lo hace también sobre los de colesterol y triglicéridos. Mejora la capacidad de los receptores de la glucosa para captarla. También parece disminuir la velocidad del vaciado gástrico, por lo que la absorción de glucosa se ve enlantecida y el pico de absorción disminuido.


Hidrastis canadensis: esta planta contiene un alcaloide llamado berberina que es capaz de reducir el azúcar modulando la flora intestinal (estudio). Según este 
otro estudio también provoca un incremento en el número de receptores para la insulina, lo que produce una mejor regulación de la glucosa.

Cilantro: esta hierba presenta propiedades hipoglucemiantes al inhibir la alfa-glucosidasa del intestino, dificultando así la absorción de la glucosa (estudio).


ORTOMOLECULAR:


Polinicotinato de Cromo o cromo GTF: es un cofactor de la insulina mejorando su efecto. El déficit de cromo también se ha demostrado como causante del problema. Sólo actuará su complementación en aquellos casos en los que se demuestra la deficiencia (sea por niveles bajos, sea por falta de acción).


Goma guar: esta fibra hidrosoluble retrasa la absorción de glucosa, a la vez que disminuye la cantidad total absorbida.


Magnesio: interviene en diferentes puntos del metabolismo de la glucosa. Además previene alguna de las complicaciones de la diabetes.


Complejo vitamínico B: intervienen en el metabolismo de la glucosa. Algunas como la B3 y la B6 evitan la glicosilación de las proteínas. También la E y la C. De hecho, los diabéticos presentan un nivel de vitamina C un 30% más bajo que los no diabéticos, y los niveles altos de azúcar inhiben su entrada en las células. La vitamina C consigue reducir la hemoglobina glicosilada.

Se debe tener en cuenta que estos productos sólo son coadyuvantes, por lo que si no hacemos un cambio en las medidas higiénico-dietéticas, y realizamos ejercicio diariamente (como caminar a una velocidad alta y ejercicios de fuerza) volveremos más tarde o más temprano a estar como antes de tomarlos.

CONTROLAR NIVELES DE INSULINA


A pesar de controlar los niveles de glucosa, la enfermedad sigue su curso si no se controlan los niveles de insulina. Estos son los causantes de la inflamación de bajo grado que acaba afectando a los distintos tejidos. Es debido a esto que, a pesar de controlar los niveles de glucosa con la medicación, no se reducen los riesgos asociados a la diabetes tipo II (estudio).


Los niveles altos de insulina conducen a la resistencia a la insulina, es un círculo vicioso.


Como hemos visto, el control sobre esta hiperinsulinemia solo puede realizarse con un cambio en la forma de alimentarse (reduciendo al mínimo los hidratos de carbono), y realizando ejercicio físico para aumentar la sensibilidad del tejido muscular a la insulina. Otra manera de mantener bajos los niveles de insulina y incrementar la sensibilidad a ella, es haciendo ayuno intermitente. En este estudio se comprobó que se mejoraban los parámetros patológicos asociados a la enfermedad cuando se realizaban dos comidas diarias en lugar de las 6 recomendadas.

La tendencia es tratar el problema a base de fármacos para reducir el nivel de glucosa intentando controlar simplemente los niveles de ésta. Pero aún ni incrementando este control, se provocan mejoras en la expectativa de vida del paciente (estudio).

En el siguiente post veremos como prevenir y tratar los problemas patológicos asociados a los niveles altos de glucemia.

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