dimarts, 19 d’abril del 2016

COLESTEROL, EL MALO DE LA PELÍCULA? (I)



Durante años nos han inculcado la idea de que el colesterol es peligroso para la salud, que hay que ingerir poco y vigilar que los niveles sean bajos porque su elevación por encima de 200 mg / dl están relacionados con enfermedades cardiovasculares. A ver si lo consigo y puedo convencer a alguien de que esto no es del todo cierto ... Y no por que lo diga yo, sino porque lo dicen diferentes estudios.


El colesterol es una molécula imprescindible para el buen funcionamiento del organismo: de hecho es tan importante para el desarrollo humano que la mujer embarazada aumenta los niveles en el último tramo del embarazo para garantizar el abastecimiento del feto, y además la leche materna es rica en colesterol y grasas saturadas. Es necesario para la síntesis de sustancias indispensables para la vida como hormonas esteroides, vitamina D y ácidos biliares, y para dar estabilidad y fluidez a la membrana celular.


Bacon, rico en grasas saturadas.

El cuerpo sintetiza el que necesita y lo regula dependiendo de la ingesta: un incremento en la ingesta implica una disminución en su síntesis. Todo el colesterol que se ingiere no es absorbible, sólo lo será aquel que se encuentra en forma libre, que es una pequeña parte del que se encuentra en el alimento. Por tanto, no tiene mucho sentido controlar sus niveles a través del contenido en el alimento (a no ser que se tenga alguna enfermedad genética relacionada con él), ya que afectará poco a los niveles de colesterol en sangre. Y esto es válido para la mayoría de las personas (70-75%).


A las personas a las que sí les afecta el consumo de colesterol, también les provoca incremento del col-HDL (o bueno) con lo que su riesgo cardiovascular casi no varía. Tampoco hay relación entre la ingesta de colesterol y los niveles de col-LDL (el malo). Por el contrario, si la hay entre éste y la ingesta de azúcares y carbohidratos refinados, de manera que éstos subirían tanto los niveles de col-LDL como de triglicéridos, aumentando así el riesgo cardiovascular. No he oido ningún médico recomendar reducir los cereales refinados en el desayuno por que aumentan el riesgo cardiovascular, pero si los he visto ponerse las manos a la cabeza cuando les he comentado que puedo comer hasta cuatro huevos diarios.


En cuanto a las grasas saturadas, si bien es cierto que pueden aumentar el colesterol en algunas personas, también aumentan los niveles de col-HDL más que los de col-LDL, con lo que el riesgo cardiovascular no incrementa. Por el contrario, cuando las reducimos en la dieta, se reduce la cantidad de HDL con lo que el riesgo cardiovascular podría aumentar (estudio).


Sustituyendo grasas saturadas por hidratos de carbono en la dieta nos encontramos que aumenta el riesgo cardiovascular. Por el contrario, al sustituir hidratos de carbono por grasas saturadas, mejora el riesgo cardiovascular, sobre todo si la sustitución se hace por ácido láurico, del que es rico el aceite de coco.

La cuestión no sería tanto como afecta el consumo de grasas saturadas a los niveles de otras moléculas, sinó si su consumo se puede relacionar con las enfermedades cardiovasculares. Y eso parece que no es así (estudio).


Corazón en su cavidad
De siempre se ha relacionado el contenido de colesterol y sobre todo el de col-LDL con la aterosclerosis, y por tanto con las enfermedades cardiovasculares, ya que las placas de ateroma los contienen en grandes cantidades. Pero los estudios han demostrado diferentes hechos que van en contra de esta teoría: no hay relación entre los niveles de colesterol y el diámetro de las arterias (con o sin aterosclerosis), o entre ellos y el hecho de sufrir un ataque al corazón . En algún estudio se ha evaluado el valor de col-LDL en pacientes que llegaban al hospital con enfermedades cardiovasculares y curiosamente la mayoría presentaba unos niveles por debajo de lo que se considera peligroso. Por lo tanto, parecería que tampoco los valores de LDL podrían relacionarse directamente con la enfermedad cardiovascular.

Hay mucha gente que toma medicamentos para reducir el colesterol y no reducen prácticamente el riesgo a sufrir un evento cardiovascular. Incluso, hay gente con nivel de colesterol por debajo de los recomendados que sufren eventos cardiovasculares. Esto nos indica una relación poco clara entre niveles de colesterol y problemas cardiovasculares.


En general podemos decir que reducir el colesterol por debajo de unos determinados niveles es más perjudicial para la salud que no beneficioso. Se han relacionado niveles bajos de colesterol con la depresión y el suicidio, y algunos estudios relacionan niveles bajos de colesterol con más riesgo de muerte entre las personas mayores. Incluso los niveles bajos de col-LDL se han relacionado con mayor riesgo a padecer enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, como podemos leer aquí.


Que el colesterol LDL se deposite en las membranas dando aterosclerosis depende primero de que la pared arterial se lesione y después, más que de la cantidad de LDL en sangre, dependerá del tamaño de estas moléculas de LDL (que aún no está disponible para medir en analíticas rutinarias). Esta molécula de LDL, cuanto menor es, más fácilmente se pegará a las paredes arteriales, y por tanto, será más aterogénica. Así, por ejemplo, supongamos una persona con 250 de colesterol total y 120 de LDL (de gran tamaño) y otra con 210 de colesterol total y 120 de LDL (de pequeño tamaño). ¿Quién tiene más riesgo cardiovascular? Pues, por lo comentado antes, el segundo individuo presentaría más riesgo. Pero, ¿quién crees que tiene más posibilidades de salir del médico con una receta de pastillas para el colesterol?


Paradójicamente, el consumo de grasas saturadas se asocia con el cambio de moléculas LDL pequeñas y densas por moléculas grandes que son menos aterogénicas (estudio). Sin embargo, un estudio posterior hablaba de incremento de riesgo cardiovascular, pero presentaba la limitación de que el número de individuos sometido a estudio era tan solo de 14.


El tamaño de las partículas LDL explicaría porque los medicamentos para reducir el colesterol, las famosas estatinas no reducen el riesgo a sufrir un evento cardiovascular en mucha gente: no afectan al tamaño de las partículas LDL. Si que reducen el riesgo en prevención secundaria, cuando ya se ha sufrido un evento cardiovascular, pero lo hacen de forma muy leve. Además, se ha comprobado que la pequeña disminución de riesgo que provocan no lo hacen por reducir el colesterol sino por otros efectos (estudios).


El hecho de encontrar colesterol en cantidad en la placa de ateroma no significa que sea el culpable de ella por si mismo. De hecho se cree que el colesterol sería para intentar reparar las lesiones en las arterias provocadas por otras sustancias. Al repetirse las lesiones en el tiempo, implicaría la migración de más colesterol hacia la arteria, que acabaría por taponarla junto con la inflamación provocada por el sistema inmunitario.


Y ¿que lesiona las paredes arteriales? Pues diferentes factores como el tabaquismo, la hipertensión arterial, los niveles de azúcar elevados, niveles altos de homocisteína y moléculas inflamatorias como la proteína C reactiva, entre otros. Estos son los principales responsables, como vimos aquí, de provocar problemas cardiovasculares, ya que son los que inician el proceso al lesionar las arterias. Si no hay lesión, no habrá depósito de colesterol.






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