divendres, 20 de maig del 2016

VEGETALES Y FRUTAS: PREVENCIÓN DEL CÁNCER


Desafortunadamente la mayoría de estudios sobre la acción de sustancias provenientes de la fruta o la fruta misma son estudios "in vitro", en animales de experimentación, o de observación. Aunque no podemos afirmar con total seguridad que los efectos se dan en realidad en el cuerpo humano, ya que el metabolismo transforma las sustancias en otras que pueden tener más o menos efecto, nos da una buena aproximación de su impacto en la salud.

Sabemos que el consumo de ciertos nutrientes puede intervenir en diferentes pasos de la generación y / o expansión del cáncer: sobre las mutaciones genéticas, sobre la angiogénesis (formación de nuevos vasos para nutrir el tumor), sobre factores inflamatorios o estimuladores de la metástasis ... Vamos a ver cómo actuarían algunas frutas y verduras modulando estos pasos:

Los frutos rojos: fresas, moras, frambuesas ... contienen ácido elágico que ralentiza el crecimiento de tumores en ratas expuestas a cancerígenos, ya que evita la formación de nuevos vasos sanguíneos. También estimula la eliminación de toxinas. Este estudio en ratas demostró que el ácido elágico inhibe el crecimiento del cáncer de próstata por inducción de su apoptosis (muerte celular programada).


Estudios epidemiológicos nutricionales demuestran que las fresas reducen la presión arterial y los niveles de proteína C reactiva (un marcador de inflamación). Las cerezas contienen ácido glucárico que facilita la eliminación de xenoestrògenos procedentes del medio ambiente o estrógenos procedentes de la síntesis interna, reduciendo así la posibilidad de cáncer de mama y próstata. Cuando eliminamos el exceso de estrógenos y algunos xenobióticos, lo hacemos a través de la glucoronización. Esto implica la unión del producto a eliminar con ácido glucorónico, que lo hace más soluble y fácilmente eliminable. Las bacterias del intestino contienen una enzima llamada betaglucosidasa que rompe esta unión permitiendo que el estrógeno se vuelva a absorber. El ácido glucárico, a través de su metabolito glucoronolactona, es un inhibidor de esta enzima, por lo que se puede eliminar mejor el estrógeno, previniendo los cánceres comentados.


Los arándanos contienen sustancias que "in vitro" son capaces de provocar la muerte de diferentes líneas celulares de cáncer, especialmente de colon. Las manzanas rojas también ayudan a regular los niveles hormonales al ser ricas en polifenoles (principalmente su piel) y se ha visto que previenen los tumores de mama en ratas.



Uva negra rica en resveratrol

No debemos olvidar el famoso resveratrol con sus propiedades antioxidantes y anticancerígenas. Puede mejorar el perfil metabólico de personas obesas ya que mejora los niveles de adiponectina. También puede ser de utilidad en patologias respiratorias (estudio). Lo encontramos en la uva, bayas de color oscuro como los arándanos o las moras, y frutos secos como las nueces.

En general podemos decir que los compuestos polifenólicos contenidos en las frutas tienen diferentes grados de efectos protectores frente al cáncer (estudio). Faltaría caracterizar las dosis más adecuadas y saber qué productos protegen con más eficacia sobre un cáncer concreto. Hasta que no lo sepamos, hay que incorporar diariamente fruta en la dieta, y preferentemente de temporada. No es absolutamente necesario que sean ecológicas: parece ser que no es verdad lo que nos han hecho creer que son mejores por contener más nutrientes ... (eso dicen ciertos estudios). Aunque si es cierto que contienen menos contaminantes (un punto a favor).


Las verduras también son ricas en compuestos protectores sobre el cáncer (estudio). La mejor manera de prevenir el cáncer con la alimentación es combinar variedad de productos, ya que esto implicará combinar gran variedad de sustancias, y por lo tanto incidiremos sobre puntos diferentes del desarrollo del tumor.


Las verduras protectoras son las crucíferas: diferentes tipos de col, coliflor, brócoli, rábano, nabo y repollo. Contienen glucosinolatos (son tòxicos bociógenos)  que a través de una enzima llamada mirosinasa (contenido en el propio vegetal) se transforman en isotiocianatos, como el sulforafano, y en indoles. Los indoles son más abundantes en la coliflor y el sulforafano se encuentra principalmente en el brócoli. Estos productos son los que actúan previniendo el cáncer. Las crucíferas son detoxicantes porque activan los sistemas antioxidantes. Estas sustancias actúan evitando que las células precancerosas se malignizen induciendo su muerte e impidiendo la aparición de nuevos vasos que servirían para alimentar el tumor.



Fórmula del sulforafano
Así, por ejemplo, el llamado indol-3-carbinol reduce los estrógenos circulantes en favor del metabolito 2-hidroxiestrona, factor importante para prevenir el cáncer de mama y de próstata.

El sulforafano presente en el brócoli estimula la producción de enzimas antioxidantes y de detoxificación. Presenta además efecto protector cardio y cerebrovascular al ser antiaterogénico. Un estudio ha demostrado que el brócoli podría prevenir las infecciones pulmonares graves en fumadores y en enfermos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica al estimular el sistema inmunitario a nivel pulmonar.


El sulforafano es un compuesto poco estable y por ello conviene comer el brócoli cocinado al vapor y a ser posible "al dente".


Hay que tener en cuenta que los isotiocianatos compiten por el yodo en nuestro organismo. Si tienes hipotiroidismo evita el consumo excesivo en su forma cruda o poco cocida. En este caso es preferible cocinarlos bien ya que el calor les hace perder la capacidad antitiroidea.





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