divendres, 24 de maig del 2019

DESINTOXICACION Y SALUD (I)


Para algunos, hablar de desintoxicación es charlatanería ya que implicaría estar "intoxicados" , ergo tendríamos síntomas y necesitaríamos tratamiento médico. 

Nada más lejos de la realidad. Argumentemos porqué.

En primer lugar una serie de definiciones:

Detoxificación: podemos leer aquí:



Toxicidad: describe el grado en el cual una sustancia es venenosa o puede causar una lesión. La toxicidad depende de diferentes factores: dosis, duración y ruta de exposición, forma y estructura de la sustancia química misma, y factores humanos individuales (fuente).


La sustancia tóxica recibe diferente nombre según su procedencia:

Toxina: es una sustancia venenosa producida por células vivas de animales, plantas, bacterias u otros organismos biológicos (fuente)

Tóxico: sustancia venenosa producida por la actividad humana o derivada de esta.

Para abreviar voy a hablar de "tóxico" al hablar de sustancia tóxica en general.


Como vemos en la definición de toxicidad, esta depende de diferentes factores. Si nos fijamos por ejemplo en la dosis, podremos entender que distintas dosis (o grados de acumulación en el organismo) tendrán distinta capacidad lesiva. Así, podemos tener distintos niveles de toxicidad: un  nivel de tóxico que nuestro cuerpo tolere sin presentar síntomas evidentes, que presente síntomas inespecíficos (que puedan , o no, ser asociados a un tóxico) o presentar lesión o patología evidente por exceso de tóxico (ej. saturnismo por intoxicación por plomo). 


Sea cual sea el nivel de tóxico, el organismo está constantemente trabajando para deshacerse de él. Es decir, por definición se está desintoxicando.


Pero no hace falta que los tóxicos provengan del exterior, nuestro propio metabolismo genera tóxicos que debemos eliminar para evitar enfermar por ellos. Generamos radicales libres, urea, amoniaco, CO2, ácido úrico, proteínas mal plegadas... que deben ser eliminados de nuestro cuerpo.


Estructura celular donde se observa
el reticulo endoplasmático liso
De esta eliminación se encargan los llamados emuntorios (del verbo latín "emundo" que significa limpiar): hígado, intestino, piel, pulmones, y riñones. Hasta las propias células tienen su sistema de reciclado de "basura", como:
1. Los proteosomas, que degradan proteínas que han perdido su estructura.
2. Las enzimas antioxidantes que reducen la toxicidad de los radicales libres (son tóxicos porque pueden generar lesión).
3. El retículo endoplasmático liso, donde se haya el enzima desintoxicante P450 (forma parte de la fase I de desintoxicación hepática). 

Pensad, que el propio sistema inmunitario interviene en los procesos de reconocimiento y eliminación de partículas extrañas, a través de la fagocitosis mediada por los macrófagos.


Otro sistema de desintoxicación es el sistema linfàtico. Hablé de él aquí. Es el encargado de recoger las sustancias de desecho que expulsan las células al líquido extracelular, y llevarlo al torrente sanguíneo para ser eliminadas.


Hasta nuestro cerebro tiene un sistema propio de desintoxicación llamado Sistema Glinfático. Una de las funciones del sueño es permitir su correcto funcionamiento. Se ha visto que su actividad aumenta durante la noche, permitiendo la desintoxicación cerebral. Se ha comprovado, por ejemplo, que la eliminación de la proteína beta-amiloide (aquella que se encuentra en exceso en pacientes con alzheimer) es mayor durante el sueño (estudio)


Hablar de desintoxicación no es, pues, ninguna charlatanería. Hemos evolucionado creando sistemas propios para tal propósito.


La pregunta que quizás cobra sentido aquí es si realmente hace falta someternos a "curas de desintoxicación" y con que métodos realizarlas.


Hablaré hoy sobre la necesidad, o no, de "desintoxicarse". Dejamos para el siguiente post sobre el método a utilizar.

¿Debemos realizar "desintoxicaciones"?

Hemos perfeccionado los sistemas propios de desintoxicación durante nuestra evolución. Cualquier tóxico existente en la naturaleza, o generado por el metabolismo, generó una respuesta adaptativa para su eliminación. 



Llenamos el mar de plástico!!!
Podríamos pensar que está todo calculado y que, por tanto, no es necesario ninguna ayuda externa para la desintoxicación. De hecho, una de las mejores formas de desintoxicarse es realizando ayunos (ayuno intermitente). El problema es que la multitud de tóxicos a los que nos vemos sometidos hoy en día no son los mismos que encontrábamos durante nuestra evolución. A saber: disruptores endocrinos (bisfenol A, parabenos, triclosan..), metales pesados (empezando por el etilmercurio de las vacunas y el mercurio en ciertos pescados, plomo, arsénico...), pesticidas, medicamentos en general, gases contaminantes de la industria y de los automóviles, radiaciones ionizantes, solventes y químicos industriales (dioxinas), plásticos, agua fluorada ( genera problemas óseos, hipotiroidismo, alteraciones neurológicas y dérmicas)...Y no es que no tengamos mecanismos para deshacernos de ellos, el problema es que pueden sobrecargar los emuntorios y generar daños directos al organismo mediante interacciones físicas o químicas.

Por ejemplo, los disruptores endocrinos han sido implicados en la aparición de enfermedades como diabetes, cánceres hormonodependientes, obesidad, infertilidad o problemas cardiovasculares entre otros.

Dependiendo del número de sustancias a las que nos sometemos, de su concentración en el ambiente, y de nuestra capacidad genética de eliminación, puede darse cierta concentración indeseable de las mismas en nuestro organismo, máxime si:



  • Mantenemos dieta pobre en nutrientes (necesarios para la desintoxicación) y rica en procesados.
  • Sufrimos alteraciones del ritmo circadiano (insomnio).
  • Llevamos una vida sedentaria.
  • Presencia de hábitos tóxicos (alcohol, tabaco).
  • Obesidad (los tóxicos se acumulan en tejido graso y la obesidad genera inflamación).
  • Presencia de inflamación crónica de bajo grado (hablo de ella aquí).
  • Sufrimos de estrés
Vale, pero si no tengo síntomas, ¿debo someterme a desintoxicación?

Depende. 


1. Si presentas más de dos de los supuestos anteriores, es posible que estés acumulando desechos, o que acabes haciéndolo. Estos van a llevar a un mal funcionamiento celular, que dependiendo del tejido podrá dar una determinada sintomatología. Por ejemplo, como hablé en el post dedicado al cansancio, si reducimos la síntesis de la molécula ATP, tendremos cansancio como primera consecuencia. Pues bien, la acumulación de tóxicos en la mitocondria (por ejemplo radicales libres) reduce la formación de ATP.


2. Si tienes una enfermedad crónica es fácil que se haya favorecido su aparición por acumulación de toxinas, o que su presencia favorezca el incremento de estas. Los mecanismos que subyacen a este proceso están extensamente explicados en el libro "La tercera medicina" del Dr. Seignalet (Di cuatro puntadas sobre esto aquí).


En el libro nos habla de la exposición a toxinas procedentes de la propia alimentación, y las procedentes de la microbiota intestinal. Pero no son las únicas. Para poner solo un ejemplo, podemos leer aquí, como se asocia la presencia de diabetes por la exposición a contaminantes hormonales -que actúan como disruptores endocrinos-, a temprana edad o en la etapa de gestación. También puede ser debida a la exposición crónica al cadmio (estudio) puesto que afecta la homeostasis de la glucosa por diferentes mecanismos.


3. Si tienes una analítica en la que se demuestre acumulación de algún tipo de sustancia tóxica (presentes o no síntomas). Hay que tener en cuenta el tejido del que se obtiene la muestra. Por ejemplo, cuando se hacen analíticas para determinar presencia de metales pesados, se suelen mirar sus niveles en sangre y orina. Si los niveles están en los limites acordados como normales, no se considera que haya intoxicación por metales pesados. Ahora bien, si buscamos su acumulación en análisis del pelo veremos si realmente existe un exceso. En caso de existir, se hace necesaria su eliminación. Durante el proceso se puede observar como incrementa su nivel en orina.


4. Si presentas estreñimiento, la rebsorción de material de desecho irá directa al hígado. 


5. Sin ninguno de los puntos anteriores, no tiene mucho sentido someterse a desintoxicación. Tu cuerpo es capaz de lidiar con las toxinas que se le presentan en el día a día. Aunque posiblemente a mayor edad te sea más difícil mantener el ritmo de eliminación. Por eso, aún en este caso, la desintoxicación puede ser usada como método preventivo para conservar una buena salud.


Puedes leer aquí la parte II.




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