dilluns, 21 de març del 2016

LEPTINA Y SOBREPESO


Continuando con las hormonas que controlan la ingesta de comida y el peso corporal encontramos la leptina. Podemos llamarla la hormona del apetito: cuando funciona correctamente, su incremento reduce la ingesta de alimento y su disminución lo incrementa.

Presenta una regulación complicada que depende de varios factores. Vamos a ver su relación con la obesidad y como intentar controlarla.

Al igual que vimos aquí con la adiponectina, la leptina es una hormona sintetizada por las células grasas que tiene su receptor en el hipotálamo. Cuando interacciona con él nos indica que tenemos suficiente tejido graso y se reduce la ingesta de comida. Su expresión es estimulada por el alimento y disminuye durante el ayuno y la diabetes.


punto de secreción de Leptina

Niveles elevados de leptina también favorecen la aparición de cáncer hormonodependiente como el de mama o endometrio (estudio). Favorece la acción de la aromatasa por lo que se genera síntesis de estrógenos que estimulan el cáncer. Con respecto al cáncer de próstata, los niveles elevados de leptina estarían relacionados con una mayor agresividad del tumor.

El problema de la obesidad relacionada con la leptina puede ser de origen genético por malformaciones en los receptores de leptina o en la leptina misma. Lo que generalmente encontramos es resistencia a la leptina, de modo que para que el cerebro interprete que ya hemos comido lo suficiente, se necesitan niveles más altos de leptina. Cuanto más altos son los niveles, más resistencia se provoca. Igual que vimos en el caso de la diabetis tipo II y la insulina. Se crea un círculo vicioso: al no hacer efecto la leptina se genera más hambre y la ingesta de alimento hace segregar más leptina que aumentará la resistencia a la leptina. A la larga, los niveles elevados de leptina implican un incremento de la resistencia a la insulina y favorecen la aparición de diabetes tipo 2.

¿Porque la falta de acción de leptina provoca incremento de la ingesta de alimento?

A nivel del hipotálamo la leptina inhibe la secreción de una hormona llamada NPY que es orexígena (entre otros). Como no actúa la leptina, no inhibe la secreción de NPY que irá haciendo su efecto de incrementar el apetito. Por otro lado, la leptina estimula la secreción de la hormona MSH, que es supresor del apetito. Al no estimularla, no se puede suprimir el apetito por su efecto.


Ratón con déficit de leptina frente a ratón con leptina
A pesar de que a la leptina se le llama la hormona quema grasas ya que aumenta la producción de hormonas tiroideas que lo favorecen, queda eclipsado su efecto por la elevada ingesta de alimento.

La ingesta de hidratos de carbono provoca la secreción más alta de leptina postpandrial (un motivo más para hacer dietas bajas en hidratos de carbono cuando hay obesidad ligada a resistencia a la leptina).

Cuando la resistencia a la leptina implica niveles altos de la misma, la pérdida de peso a través de cambios en la dieta y el ejercicio implican una reducción en los niveles de leptina que facilitarán la consecuente pérdida de peso. También el ayuno implica una reducción de la leptina, de ahí la importancia del ayuno intermitente.

Existe una relación entre los niveles de Zinc y leptina en obesos, por lo que la deficiencia de Zinc inhibe el aumento de leptina, por lo que el hipotálamo no recibe la información de que ya no es necesario ingerir más energía.

¿Qué podemos hacer para controlar los niveles de leptina? Cuando no hay resistencia a la misma podemos evitar problemas con la leptina a partir de diferentes acciones.
  • Dormir lo suficiente, ya que la falta de sueño se relaciona con niveles bajos de leptina, lo que incrementa el apetito. Por ejemplo, este estudio relaciona la falta de sueño y la obesidad. Este otro estudio relaciona la falta de sueño con disminución de la leptina y riesgo aumentado de padecer diabetes tipo dos por incremento de la resistencia a la insulina.
  • Vigilar el consumo de azúcares (sobre todo fructosa), ya que reducen el efecto de la leptina.
  • Evitar reducciones calóricas severas de repente, que provocan reducciones de leptina superiores a las que cabría  esperar por la pérdida de grasa producida.
  • Si estás en dieta hipocalórica introduce de vez en cuando un día de más calorías, principalmente a base de hidratos de carbono (que són los que más aumentan la leptina) para decirle a tu cuerpo que las condiciones externas no son de hambruna y que aumente la secreción de leptina.
  • Ciertos suplementos como taurina o resveratrol, entre otros, pueden establecer una acción adecuada de la leptina en caso de resistencia (estudio).


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