dimecres, 2 de setembre del 2020

ACEITE DE COCO Y SALUD



Vemos constantemente análisis y metaanalisis sobre huevos, carne, o cualquier otro alimento rico en grasas que pretenden determinar si son buenos para nuestra salud. Muchas veces me pregunto para qué se pierde tiempo y dinero haciendo este tipo de estudios para demostrar si un alimento es bueno o malo para la salud. Creo que no tiene mucho sentido analizar si un alimento con el que hemos evolucionado durante un par de millones de años va a ser perjudicial para nuestra salud. Es evidente que no lo ha sido.

En todo caso, debido a que dependiendo de la zona en la que evolucionamos lo hicimos con alimentos distintos, veo más interesante investigar si un alimento de otra latitud, y con el que no hemos evolucionado, pueda tener un impacto negativo en nuestra salud (cosa que también me extrañaría salvo escasas excepciones). O, como ya se hace, ver el impacto en la salud de una alimentación con distintos porcentajes de principios inmediatos (HC, PROT, GR), y con distinta procedencia de ellos.

Hace tiempo vimos aquí que la teoría del colesterol como malechor naufraga por varias vías. Con el paso del tiempo esta evidencia va haciéndose cada vez mayor, y cobran más importancia parámetros como el tamaño de las partículas LDL, y no tanto su número.

Uno de estos alimentos ricos en grasas, de los que supuestamente deberíamos huir, es el aceite de coco. Más del 99'50% de su composición es grasa. De esta, el 55% es un ácido graso saturado de doce átomos de carbono, el ácido láurico. Durante años nos han bombardeado con la idea de que los ácidos grasos saturados son culpables de problemas cardiovasculares y que había que evitarlos. Hoy tenemos evidencia de que no es cierto.

Centrándonos en el láurico podemos observar el siguiente gráfico:



Si en una determinada dieta, un porcentaje de las calorías suministradas por hidratos de carbonos son reemplazadas por ácido láurico, vemos que a mayor reemplazo, se corresponde una mayor caída del ratio CT/HDL. Es decir, mejora el indice aterogénico del sujeto. ¿Cómo es posible?¿Un ácido graso mejorando el riesgo cardiovascular?

El láurico pertenece a un  grupo de ácidos grasos llamados de cadena media. En ellos, el número de átomos de carbono está entre 6-12. Los ácidos grasos se encuentran en la naturaleza en forma de triglicéridos. Los trigliceridos de cadena media (TCM), están formados por una molécula de glicerol a la que se unen tres ácidos grasos de cadena media. Estos son digeridos, absorbidos y metabolizados de forma distinta a los de cadena larga. Cuando llegan al hígado pueden usarse con mayor facilidad para la obtención de energía a través de b-oxidación. Además, se concentran menos en el tejido adiposo blanco, mientras que en el tejido adiposo marrón provocan un efecto termogénico con producción de calor y dispendio de energía.

¿Que beneficios presenta ingerir los TCM del aceite de coco?

Si bien es cierto que no es lo mismo consumir aceite de coco que aceite puro de TCM, por ejemplo, por lo que representa a saciedad (estudio), el aceite de coco sigue conservando beneficios claros para la salud.

Consumir aceite de coco es beneficioso para la salud cardiovascular al aumentar los niveles de HDL-colesterol. En este estudio vemos que además se reduce el contorno de cintura en pacientes con enfermedad cardiovascular y sobrepeso.

En el contexto de reducir el peso corporal es un aliado por lo comentado anteriormente de la grasa parda. Además, eleva el metabolismo y presenta efecto saciante al estimular la producción de cuerpos cetónicos. Estos a nivel cerebral producen saciedad. 

Puede ayudar a aumentar la calidad de vida de pacientes con cáncer de mama al reducir los efectos secundarios de la quimioterapia, y mejorar parámetros como la fatiga, la pérdida de apetito o el sueño (estudio).

Combinando MCT con Leucina y vitamina D se observa mejora en la fuerza y la función muscular de personas en la tercera edad (estudio).

En pacientes con alzheimer mejora habilidades cognitivas con la toma de 40 ml diarios (estudio).  Ya vimos aquí, que una vía para frenar las enfermedades neurodegenerativas era la dieta cetogénica. 

Presenta acción antibiótica y antimicótica natural sin alterar la microbiota propia, debido tanto al ácido láurico, como a su contenido en ácidos cáprico y caprílico. Es tan efectivo como el antiséptico clorhexidina para reducir el contenido de Streptococus mutans en la boca (estudio). Esta bacteria es la principal responsable de la aparición de caries. Usado con la técnica "oil pulling", que consiste en hacer enjuagues largos hasta que el aceite se ha espesado, tiene además efecto sobre el mal aliento y mejora la salud de las encías.

Paradójicamente a lo comentado hasta ahora, los MCT pueden usarse para tratar la anorexia nerviosa, ya que provocan un incremento en los niveles de Grelina y neuropéptido Y (hormonas orexígenas)(estudio). 



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